Nombre Civil: Valentín Semmet Hausberger.
Fecha de Nacimiento: 01/02/1933.
Lugar de Nacimiento: Reifenberg/Pfalz — Alemania.
Fecha de Profesión: 29/08/1955.
Fecha de Defunsión: 08/05/2002.
Profeso Perpetuo 1933 – 2002.
Nacimiento: 01.02.1933 — Reifenberg/Pfalz — Alemania.
14.08.1953: Postulante en Furth.
29.08.1955: Primera Profesión en Furth.
31.12.1960: Profesión Perpetua, en Buenos Aires.
Fallecimiento: +08/05/2002 — Luján — Buenos Aires — Argentina — 69 Años y 47 Años de Hermano Marista.
Sus padres fueron Francisco y Eduvigis Hausberger. Don Francisco fue ferroviario. Sobre sus años de juventud, encontramos datos en el artículo de “Maristas Río de la Plata”, más adelante. Ya fallecidos sus papás, en el domicilio paterno reside su hermano Werner: Gartenstrassen, 4 (6668) Reifenberg – Alemania. Teléfono 004963755795.
Estos elementos dichos, los encontramos en una ficha hecha desde 1987, en la cual se nos informa sobre su llegada al país: 19 de marzo de 1956. Mirando la grilla de su currículo, entendemos que ha sido llegada a Argentina. Y, tratándose de la Villa San José, mejor día no hay.
Sin nombrarlo descubrimos el paso de Valentín por Montevideo descrito en los anales del Colegio Santa María. Es de marzo de 1956. Lo leemos:
“18. Vienen los HH. Consejeros pues hay una sesión del Consejo Provincial. De tarde un grupo de HH. se dirige al puerto para esperar un grupo de HH. argentinos que vuelven del II Noviciado. Con ellos vienen dos HH. alemanes destinados para nuestro Distrito. Larga es la espera hasta que puedan bajar del barco. Hay un pequeño incidente con una autoridad de la Aduana. Felizmente se arregló todo. De noche, todos estos Hermanos llegados en el Ana C, cenan con la comunidad. Luego de noche a las 8,30 Hs. La mayoría de los HH. de la Comunidad acompañan a los viajeros hasta el puerto los cuales emprenden el viaje hacia Buenos Aires a las 9 Hs. También los dos hermanitos alemanes se dirigen hacia Argentina para dedicarse allí en el Escolasticado al aprendizaje del idioma español”.
Recordando Al Hno. Valentín.
El Hno. Valentín nació el 1º de febrero de 1933 en el pueblo de Reifenberg (Renania), Alemania. Al egresar de la escuela se dedicó algunos años a la agricultura, para luego aprender el oficio de tornero.
Su vocación religiosa marista se despertó cuando el Hno. Norberto Buchheit, oriundo de Reifenberg y miembro de la Provincia marista de Argentina, se encontró, en una de sus visitas de familia, con el joven Valentín.
En 1954 Valentín ingresó al Noviciado de Furth, Alemania, y luego de su primera emisión de votos, emprendió el viaje al Uruguay, provincia a la cual quiso pertenecer. Sus estudios de magisterio realizados en Luján. En 1960 se trasladó al Uruguay, donde dictó clases como maestro. Al mismo tiempo completó sus estudios en el profesorado, en las materias de Matemática, Química y Física, asignaturas que dictó en el Colegio Santa María de Montevideo y en el Colegio San Luis de Durazno. En 1963 lo encontramos en España, en el 2º Noviciado.
El Hno. Valentín En Comunidad.
He tenido el gusto de convivir con el Hno. Valentín, a quien conocí desde los albores de su vida marista y durante muchísimos años en los Colegios Larrañaga de Rocha, San Luis de Durazno y San Luis de Pando. Todos los que hemos tratado con Valentín, sabemos de su carácter y de su manera particular de expresarse. Era una persona muy recta y cantaba la justa a cualquiera, pero sin intención de ofender. Pero en lo más íntimo de su corazón era tierno y generoso.
Entre nosotros dos siempre existía cierta controversia. Según Valentín los renanianos eran mucho más inteligentes que los bávaros. Esto, más bien en un tono jocoso. Lo que, a veces parecía mal humor y brusquedad, no era tal, sino consecuencia de los terribles dolores de la gota, que lo atormentaban día y noche.
Como docente de Matemática, Física y Química era excelente. Las numerosas constancias de la Inspección de Secundaria daban fe de ello. Los alumnos lo apreciaban muchísimo, a pesar de ser muy exigente. Ellos sabían que con Valentín se aprendía. Además lo querían, porque él pasaba gran parte de su tiempo con los jóvenes, en la organización de deportes y campamentos y como Asesor de los exalumnos de Durazno. Hasta hoy se muestran agradecidos.
Su hobby preferido era la filatelia. El valor de su colección es incalculable. Para los Hermanos que no lo saben: tenía un permiso especial del Hno. Superior General y había convenido con él destinar la venta de la colección para la formación de jóvenes vocacionales.
Con el paso de los años, la gota ya no le permitía dictar clases y dedicarse a la juventud, lo que, sin manifestarlo, le causaba un gran pesar. Pero no por eso se sentía inútil. Los últimos años en Pando hacía las compras para la cocina y cuidaba las plantas de la casa.
Como religioso trataba de cumplir con sus compromisos de marista. Lo que es digno de admirar es la aceptación de su enfermedad, sin hacer mucho drama.
Hno. Armando J. Meier
Complementos Varios.
A la espera de algún testimonio más, agregamos lo que hemos indicado en este título, obtenido de su ficha de Secretaría Provincial.
Nombre de toma de hábito. En su ficha figura con su nombre de bautismo, Valentín. Como nombre de religión, leemos entre paréntesis, Winfried.
Documentación. Cédula de identidad uruguaya, de número 1.137.111. Obtuvo la Carta de Ciudadanía Uruguaya el 30 de julio 1969. Cédula de identidad argentina 5.501.680. Contó con Pasaporte Alemán 1325987.
Titulaciones.
—Maestro Normal Nacional, adquirida en su Escolasticado, Luján. 1958.
—Un año de profesorado en Argentina.
—Profesor por el Instituto de Filosofía, Ciencias y Letras de Montevideo.
Coincide con lo afirmado por el Hno. Armando Meier este pasaje de los Anales del Cgio. Santa María de Montevideo. A comienzos de 1970, y detallando las labores de los Hermanos, se nos dice a su respecto: “Hno. Valentín Semmet: titular de 1º A y 1º B, Matemáticas 1º A y Física 3º A y 3º B”.
Ese año, no todo fue docencia: “Día 6, empiezan las vacaciones de julio. 7. Los HH. Quirino, Gaspar, Arturo, Santiago y Valentín van a la estancia de la familia Mesa, cuyo hijo está cursando 5º año. Fue una cordial acogida. Los HH. volvieron muy contentos”.
—Segundo Noviciado. En Sigüenza, España, desde el 10 de enero al 10 de junio, en 1965. —Maestro de Novicios, Hno. Fabián Gregorio Ramírez. Submaestro, Hno. Basilio Rueda, futuro Superior General.
—Cursos de formación permanente. Mundo Mejor, en Rocca di Papa, dos meses y medio. 1972.
—Catequesis (Teológico), en Mar del Plata, dos semanas, 1975.
Medios Audiovisuales al servicio de la Catequesis, a cargo del Hno. Luis Luna (Méjico), en Mar del Plata. 2 semanas. 1977.
Sugerencias de cursos. Propone alternativas: Cemar, CMRM o el Centro Champagnat, o Focolarinos o Grupos Carismáticos. Cursos de Creatividad o P.R.H. Cursos de Notre Dame de l’Hermitage.
Hno. Valentón Semmet. Desde Neuquén, El Hno. Augusto Jenneman.
Lo conocí recién cuando, ya llegado de Alemania había pasado una temporada en Argentina, y ya en el Distrito, luego Provincia, del Uruguay. Era una vocación tardía. Ya había experimentado los efectos de la guerra y el trabajo como aprendiz en el oficio de tornero. Fue alentado hacia la vocación de Hermano Marista por el Hno. Norberto Buchheit, de la provincia Argentina, como hemos leído en la nota del Hno. Armando Meier.
Estuve en contacto directo con él en el Colegio San Luis, Durazno, en el Liceo , donde Luego estuve con él en el Liceo de Durazno. Actuaba con acierto, y era querido por los alumnos, a quienes impartía Física, Química y Matemática, además de la Catequesis. Fue siempre correcto y enérgico en su actuar, justo en sus apreciaciones.
Perteneciendo al Cuerpo Directivo del Liceo, apoyaba en todo sus valiosas sugerencias, haciendo fabricar, por ejemplo, un artefacto para cada alumno, donde pudieran fijar los implementos para Química, incluido un mechero Bunsen. Nuestro Hermano supervisaba el trabajo personal de cada alumno.
Alentaba los deportes de los jóvenes en los patios, pues decía que el alumno necesita gastar energías, ser compañero en el juego… lo cual lo impulsaba a crear la Asociación de Ex Alumnos, más tarde con sede propia. Estimaba que no sólo el Hermano debe preocuparse del joven en la Secundaria, sino con mayor razón luego como Ex Alumno, cosa que se descuida hoy día en ambientes colegiales. Es de suma importancia acompañar al salido de las aulas maristas en su vida universitaria o laboral. En esto fue su maestro el Hermano Anselmo, con sede propia en el Colegio Zorrilla de San Martín.
Le acompañé en varias ocasiones en los campamentos de los fines de año, o junto a un río o laguna o en una Terma (Paysandú). Allí aprende el joven disciplina y colaboración, exigiéndole tareas apropiadas en buscar leña, en la cocina preparando las comidas, la limpieza, caminatas y la oración comunitaria. Estimo que en esto se hizo mucho bien en los años del Uruguay, como lo del recordado Hno. Francisco Schuler, Eugenio Heinrich, Ricardo Krees y otros.
Lástima que una penosa dolencia (la gota) impidió con los años sus valiosas actividades y agriaron algo su carácter por la impotencia impuesta por la naturaleza. Pero, a pesar de su limitación deseaba retomar clases, lo que ya no convenía. Pasó a ser administrador de comunidad.
Es una lástima connotar las nefastas consecuencias de una enfermedad en actividades limitadas, cosas que repercuten en una vida comunitaria, donde a veces no se sabe soportar y comprender a CoHermanos difíciles. Para ello se necesita virtud, y Valentín quería actitudes correctas; fustigaba amargamente traspiés, politiquerías y desviaciones religiosas. A pesar de sus momentos de dureza y dolores, tuvo momentos de alegría, abnegación y servicio. Y, a pesar de caminar con dificultad, se preocupaba por lo necesario para la Comunidad, valiéndose de su bastón y a veces de ayudas de otros. No somos nadie para juzgar o condenar, como dice Jesús. Y lo positivo de un Hermano, a veces en silencio supera todas las deficiencias propias del ser humano. El silencio ciertamente supera en muchos casos las deficiencias que aparecen, y una comunidad vive feliz en una sana comprensión y en el perdón.
Le pedía a veces su colaboración para mi estadía en la Tuca, al menos para el primer día, lo que no me concedía. Pero luego, pensándolo mejor, mostró una clara generosidad en entregarme lo que quería, incluso más”.