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HNO. PERGENTINO KEMPFF

Nombre Civil: Jean Kempff.

Fecha de Nacimiento: 02/01/1880.

Lugar de Nacimiento: Metzerwiese — Lorena — Alemania.

Fecha de Profesión: 08/12/1912.

Fecha de Defunsión: 26/03/1947.

Profeso Perpetuo 1880 – 1947.
Nacimiento: 02/01/1880 — Metzerwiese — Lorena — Alemania.
Realiza dos intentos de vocación religiosa.
19/07/1911: Ingresa en Ventimiglia.
24/04/1912: Llega a la Argentina.
25/04/1912: Postulante en Luján.
08/12/1912: Toma de Hábito.
21/12/1913: Primeros Votos.
21/12/1918: Votos Perpetuos.
Actuación: 33 Años en la clase de párvulos, sobre todo en Mar del Plata (también fue sacristán) y en Morón.
1941: Se le declara la enfermedad.
1946: Se agrava.
1947: Es trasladado a la Villa San José.
Fallecimiento: +26/03/1947 — 67 Años.

Jean Kempff nace en Metzerwiese el 2 de enero de 1880. Es población de la Lorena, que pasó a ser territorio alemán desde 1871 hasta 1918. Este efecto de la guerra de 1870 no fue internalizado por Jean, como por tantos otros, según sucede en este tipo de avatares históricos.
Su padre, de nombre Nicolás, era jardinero. Su madre, Elisabeth Colin. Cursó estudios elementales en la escuela de las Hermanas, para completarlos luego en escuela del estado. Es de suponer que, terminado el ciclo primario, procuró encontrar algún trabajo. En efecto, el cronista cuenta cómo, entre sus notas, hay un certificado firmado por la Madre Superiora del “Sanatorio San Nicolás”, de Metz, que dice así: “Muy satisfecha por la conducta del joven Jean Kempff durante su permanencia en este sanatorio.”
El mismo Kempff ha contado que fue llamado a filas, y cómo, gracias a una estratagema, pudo burlar al centinela alemán del puesto fronterizo y pasar como fugitivo a territorio francés. Seguramente que por esto mismo no retornó nunca a su tierra de nacimiento, y tal vez no supo más de sus progenitores.

Estuvo dos años como hermano coadjutor con los Misioneros del Cardenal Lavigerie, comunmente llamados Padres Blancos. Permaneció dos años en su Casa Generalicia, “Maison Carrée”, en Argelia. El clima le acarreó serios inconvenientes de salud, por lo que dejó sin continuidad este primer intento de vida religiosa. El Padre Superior General, Monseñor Livinhac, le entregó un hermoso testimonio de la buena realización de su Noviciado con ellos. Un nuevo intento tuvo lugar con los monjes del monasterio de Lerins, en calidad de monje coadjutor.
Entre sus papeles, también se ha encontrado un testimonio laudatorio firmado por el propio Abad, referido a su permanencia en Lérins. En él se afirma: “Como no se sentía llamado a este género de vida, se retiró, previa autorización, por su propia voluntad. Debo declarar que mientras vivió con nosotros dio pruebas de observancia, regularidad y piedad.” Finalmente, fue admitido en nuestra Casa Provincial de Ventimiglia/Julio de 1911.

Habiendo iniciado su Noviciado poco antes el grupo de Postulantes, estaba él solo, por lo cual se lo envió, con carácter de “primera probación”, a la escuela que los Hermanos Maristas secularizados tenían en Chabeuil (Dto. del Drôme), como ayudante en manualidades y cocina.

El Hno.Constancien lo encontró allí. Le sugirió venir a la Argentina. En lugar de retornar a Ventimiglia, salió el 15 de marzo para cumplir el magnífico proyecto. Embarcaron los 14 misioneros el 3 de abril de 1912 en el transatlántico Patricio Satrústegui. Llegado el 25 a Luján, el 26 ya era Postulante (¡la tercera fue la vencida!), y el 8 de diciembre iniciaba el Noviciado.

Continuó su formación normalmente, pronunciando los votos perpetuos el 21 de diciembre de 1918. Su enorme y contagioso entusiasmo tuvo un lugar excelente de aplicación, ya que embelleció mucho la capilla San Jacinto, del Instituto PERALTA RAMOS. Fue sacristán durante muchos años. Realmente, amaba la Casa del Señor. Cronológicamente, de acuerdo a su ficha: Ins. Peralta Ramos/hasta enero de 1925; Morón/1925; Capilla del Señor/ hasta septiembre de 1927; Morón/1928; Mar del Plata/1929- 1937; Jáuregui/1938; Morón/1938 a febrero de 1943. San Vicente de La Plata/1943 hasta julio.

Su don indiscutible para dedicarse a los más pequeños de nuestros colegios, fue muy
bien aprovechado durante 33 años. Fue un famoso del aprendizaje de lectura y escritura de la —así llamada— clase de Infantil. Disfrutaron de su saber hacer principalmente los niños del Instituto Peralta Ramos y del Colegio San José de Morón.

Extraemos adaptando de EL AMIGO, tomo XXIX, abril 1947, pág. 179: De años atrás encanecía rápidamente. Palidez tras esfuerzos. Ojos sin altivez que perdían su luz. Los brazos se abandonaban exhaustos. Entre altos y bajos, en declinación. Se tomó más clara conciencia de todo al padecer una recaída que siguió a un brusco descenso de temperatura (octubre, 1946). Acentuamiento de los síntomas de extenuación: andar inseguro; arrugas en el rostro, cada vez más profundas; voz débil, penosamente ronca; los ojos muy cansados. Desde 1941, los achaques y —ya directamente— su enfermedad, le fueron exigiendo cada vez mayor esfuerzo para continuar su labor.
La situación hizo crisis a fines de 1946, al producirse un repentino agravamiento. Fue tal que le impidió participar de los ejercicios espirituales de ese verano. En la primera quincena de marzo fue llevado a la enfermería de Villa San José. Cundió la esperanza , pero, en modo de terrible primera crisis, hizo su aparición una uremia. El 24 se hizo presente a su lado el Hno. Provincial. El 26 de marzo por la tarde, año 1947, se le administraron los santos sacramentos. “…rodeado de Hermanos, elevando los ojos al cielo y sin estertor, sin pena y con envidiable placidez, entregó su alma bendita al Creador este marista de características nada comunes. Eran las 16:30 de esa fecha.” (Textual de cita mencionada, EL AMIGO.)

El sepelio mostró cuánta estima se le tenía. Se hicieron presentes los Hnos. Julio Rafael, Simón Adolfo y Gustavo Raúl, por su comunidad de Morón; Hermanos, una delegación de la Comisión de Damas Auxiliares, y un grupo de alumnos de 5to. año, numerosos alumnos y Ex Alumnos.

Hno. Pergentino — Marista, Sencillo Y Austero.
Ecos de Familia, agosto 1943, pág.6: “ENFERMOS. Por prescripción médica ha suspendido sus clases el Hno. Pergentino, quien se halla actualmente en la Villa. Para remplazarlo fue enviado a la Escuela San Vicente el Hno. Raúl Octavio, escolástico.”
EdF., septiembre 1943, pág. 8: “ENFERMOS. Nuestro querido Hno. Pergentino ha sido llevado a la Capital para su mejor atención médica. Se espera sea ello transitorio.”
EdF., diciembre 1943, pág.11: “Enfermos. El Hno. Pergentino, muy mejorado, ha pasado estos dos últimos meses en el Colegio Manuel Belgrano.”
EdF., abril 1944 pág.6: “Enfermos. Los HH. Valero Germán y Jaime León, enteramente restaurados, prestan útiles servicios en el Colegio San José (Mendoza), lo que también hace en Morón el estimado Hno. Pergentino.”
EdF., agosto 1944 pág. 78: “Nuestros enfermos. El buen Hno. Pergentino se halla muy mejorado. Desempeña con notable responsabilidad el empleo de sub – ecónomo en Morón y, además, clama por una clase.”
EdF., septiembre 1945, pág.105: “De los corresponsales (…) Morón. El buen Hno. Pergentino ha tenido que guardar cama por prescripción médica durante algunas semanas. Eso de no tener que subir escaleras, de caminar poco, de no agitarse para nada y otras cosas por el estilo, le parecían algo así como ‘bromas’. El asunto, sin embargo, iba tomando mal cariz, y no hubo más remedio que acatar los dictámenes de los facultativos.”
En el primer número de 1947, seguramente es de abril, páginas 12 – 13, está la nota necrológica.

Rdo. Hno. Pergentinus — + En Luján, El 26 de Marzo de 1947.
JUAN KEMPFF, en religión Hno. Pergentino, nació en Metzerviese, diócesis de Metz, Francia, el 2 de enero de 1880. Muy pocas cosas, mejor dicho, nada, sabemos de su familia ni de sus años de adolescente y joven. Sólo nos consta que siendo ya mayor de edad ingresó como Hermano Coadjutor con los Misioneros de Mons. Lavigerie, comúnmente denominados Padres Blancos. Con ellos permaneció dos años en su Casa Generalicia de Maison Carrée (Argelia). Al retirarse, por motivos de salud, ya que no podía sobrellevar el pesado clima de aquel país, Mons. Lavigerie, Superior General, le extendió un certificado, en que se testimoniaba el fervor con que había hecho el noviciado del Instituto.

Entre los papeles dejados por el carísimo Hermano Pergentinus, encontramos otro que reza así: “El Padre Abad del Monasterio de Lérins (Francia) certifica que el Señor Juan Kempff, permaneció dos años en este monasterio en calidad de monje coadjutor. Como no se sentía llamado a este género de vida, se retiró, previa autorización, por su propia voluntad. Debo declarar que mientras vivió con nosotros dio pruebas de observancia, regularidad y piedad.”

Por fin, después de andanzas que recuerdan, como se ve, las de más de un santo, era admitido el 19 de julio en el postulantado de Ventimiglia (Italia). Al principio del año siguiente, ante una invitación de los Superiores, aceptó trasladarse a nuestro país, lo que fue causa de que se postergara su toma de hábito, que sólo pudo realizarse el 8 de diciembre de 1912. Profesó, tras un noviciado muy fervoroso, en la misma fecha del año siguiente, y emitió los votos perpetuos el 21 de diciembre de 1918.
Durante 33 años se consagró, con ejemplar abnegación y muy vivo sentido apostólico, a las labores de la enseñanza, en los Colegios de Mar del Plata y de Morón, principalmente. Durante ese largo y meritorio lapso atendió casi exclusivamente las clases de Infantil. Tenía un don indiscutible para atraer a los párvulos, para iniciarlos, entenderlos, y apresurar sus progresos. A ellos les entregó su vida. Quien pasara por su clase conservaba de él un recuerdo imborrable: era un varón piadoso, austero, celoso por el bien de las almas, que sembraba en ellas sólidas y fuertes convicciones fundamentales.

Además de las clases, atendió durante largos años la capilla del Instituto Peralta Ramos. Amaba la Casa del Señor y trataba por todos los medios de embellecerla y de ornamentarla ricamente, y sabía interesar por ella a las familias, tanto de alumnos como veraneantes. El Señor habrá tenido en cuenta, sin duda ninguna, para el alivio de su alma, cuanto por Él hizo en ese sentido.

Desde varios años atrás —sobre todo desde 1941— la enfermedad y los achaques habían hecho presa en él. No obstante sus molestias y sus dolores, se esforzó por seguir en la brecha. Cuando ya no pudo más, trató aún de continuar en todo lo que podía, y en forma altamente edificante, los ejercicios de su Comunidad. A fines de 1946, casi de golpe, se agravó seriamente. Empezó a decaer en forma visible, tanto que no pudo siquiera tomar parte en los santos ejercicios del año. A principios de marzo fue trasladado a la enfermería de la Villa San José. Esta mansión de paz había de ser por poco tiempo su morada. Una consulta de médicos habida a mediados de marzo, decidió que su caso era totalmente desahuciado. El virtuoso Hermano se resignó enteramente a la disposición de la voluntad divina.

El día 26, a las 16, se le administraron los Santos Sacramentos. Poco después, y tras una leve agonía, entregó su alma al Señor. Había pasado sus últimos días en sentimientos de verdadera piedad. Tuvo la dicha de tener a su cabecera de dolor al Rdo. Hno. Provincial, llegado a la Casa Provincial el día 24. A sus exequias, celebradas a la mañana siguiente, concurrieron los HH. Julio Rafael y Gustavo Raúl por la comunidad de Morón, y una delegación de la Comisión de Damas del Colegio y un grupo de alumnos de 5º Año.




¡El Señor que le dio la santa perseverancia y la dicha de morir con las libreas de María, le haya dado también la paz y la alegría eterna…!”

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