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HNO. PATRICIO

Nombre Civil: Damián Ruiz Alonso.

Fecha de Nacimiento: 27/09/1920.

Lugar de Nacimiento: Villalobos de Campos – Provincia Zamora — España.

Fecha de Profesión: 02/02/1938.

Fecha de Defunsión: 20/01/1989.

Estable 1920 – 1989.
Nacimiento: 27.09.1920 – Villalobos de Campos – Provincia Zamora — España.
Junior: Carrión de los Condes, Octubre de 1932.
Luján – 08.10.1934.
En Argentina: 08.10.1934.
Postulante: 01.03.1936.
Toma de Hábito: 02.02.1937.
Primera Profesión: 02.02.1938.
Profesión Perpetua: 13.01.1943.
II Noviciado: febrero 1952. Grugliasco.
Visitas de familia: Diciembre de 1961 y 1968. Mayo 1974. Septiembre 1979.
Fallecimiento: +20.01.1989 — Luján — 68 Años y 51 Años de Vida Religiosa.

Nuestro Hermano Damián Ruiz Alonso, hasta sus doce años vivió en el entretenido ambiente de la carpintería de su padre, Don Ciriaco (+ 1950), y bajo el cuidado de su madre, Doña Amadora Alonso, en vida al confeccionarse sus fichas. Por su ficha complementaria nos consta que fueron 9 hermanos, de los cuales tres mujeres. El tercero de ellos fue Damián, y los tres primeros fueron varones. El sitio de su casa paterna es el mismo pueblo de Villalobos. Sabemos de un hermano suyo, Victoriano, con domicilio en Hotel T 10 – POBLADO MANOTERAS – MADRID.
Santos Sacramentos. Recibiólos en la parroquia de su pueblo, cuyo titular es San Pedro. No consta fecha ni de Bautismo ni de Confirmación.

Documentos. L. de Enrolamiento 5122922, Distrito Militar 19; C. de Identidad de Policía Federal 4575922. Carta de ciudadanía argentina recibida el 2 de abril / 1947.
Títulos habilitantes: Primaria: APTITUD PEDAGÓGICA, Capital, 1957 y 1956 (sic). TI – TULO ELEMENTAL DEL MAGISTERIO, prov. de Buenos Aires, 1939. Secundaria: TI- TULO SUPERIOR DEL MAGISTERIO, 1948.

Siguen Sus Obediencias — Misión.


Establecimiento

Llegada

Función

Luján: Esc.

Febrero/1938

Estudiante

Marcos Juárez

Marzo/1940

Maestro

La Plata: M. B.

Febrero/1941

Maestro

Luján: Jun. Menor

Febrero/1943

Maestro

La Plata: M. B.

Febrero/1944

Maestro

Luján: Jun. Menor

Febrero/1948

Celador

Morón

Febrero/1949

Maestro

La Plata: M. B.

Febrero/1950

Maestro

Frugliasco

Febrero/1952

Gran Novicio

Bs. Aires: Ch.

Octubre/1952

Maestro

Bs. Aires: Ch.

Febrero/1958

Profesor

Rosario

Enero/1968

Rector/Profesor

Marcos Juárez

Enero/1971

Profesor

San Francisco

Febrero/1975

Administrador

Bs. Aires: La Inm.

Febrero/1976

Aux. Administrador

Marcos Juárez

Febrero/1977

Aux. Discipl.

Bs. Aires: La Inm.

Marzo/1978

Aux. Administrador

Bs. Aires: La Inm.

Enero/1979

Enfermo

Bs. Aires: Champ.

Marzo/1979

Enfermo

Bs. Aires: La Inm.

Marzo/1980

Varios

Marcos Juárez

Marzo/1981

Varios

Bs. Aires: La Inm.

Febrero/1982

Varios

Bs. Aires: Champ.

Febrero/1983

Enfermo

Esta crónica se encuentra en el número de diciembre, año 1967, pág. 15 – 16
¿Camino O Epopeya? Historia de la traza del camino de acceso a Villa Marista de Pilar des de la Ruta 8. Camino de Acceso a “Villa Marista” – Pilar.
Sin duda que en ninguna otra revista me seria tan cómodo informar a los Hermanos de ambas provincias maristas argentinas de la tan anhelada pavimentación del camino acceso a nuestra casa de Pilar, pues todo lo que se ha realizado para el feliz éxito de lo que disfrutaremos ha tenido como motor impulsor el espíritu de familia ya que era el deseo unánime de los Hermanos.
Si, estamos ante una realidad que será difícil en todo momento y que si bien explica la actitud pesimista de algunos, no amilano el espíritu optimista de otros que apuntalaban la acción de quienes llevaban adelante la ejecución del camino; y permítanme los Hermanos que nombre en estas líneas como homenaje de fraternao reconocimiento, al querido Hermano Julio Federico (q.e.p.d.) y a quien declaro propulsar N°1 del camino.

Han pasado un año y diez meses desde el Rdo. Hno. Godofredo, entonces provincial, me encomendó esa misión. Mi primer paso lo di acompañado de Monseñor Tortolo quien tuvo la amabilidad de solicitar Junio conmigo a las autoridades nacionales…buenas promesas… entrevistas y audiencias… nada concreto… guardo fotocopias de esquelas y recomendaciones que no es el caso de reproducir y que de “Guatemala” me llevaban a “guatepeor” haciendo que en mi interior experimentara el amago del fracaso. Por tratarse de un camino de Ia Provincia de Buenos Aires giramos la acción hacia las autoridades respectivas especialmente Vialidad Provincial.
Aquí parecía que salía nuevamente el sol… tuvimos que lamentar, no obstante haber cumplido las condiciones impuestas, que promesas eran promesas a las que se sumaba la renuncia de quienes las formulaban. El Hermano Julio F. no afloja y me manda al Hermano Eutiquio Abad con el señor Agustín Mariño, propietario de una de la quintas de Pilar. Eran portadores de Ia autorización de todos y cada uno de lo propietarios a lo largo del camino para que tomaran los terrenos que Vialidad necesitara; fue el primer paso positivo.

Las nuevas autoridades de Vialidad Provincial, que son las actuales, simpatizaban con el pedido pero surgió el problema capital: cómo financiar la obra. Fue necesario tomar el pulso a Vialidad Nacional y TE DEUM aquí dimos en el blanco. Fue un tanto largo y penoso, por Ias idas y venidas a La Plata, llegar a un entendimiento entre ambas Vialidades para formar un Consorcio (única forma viable) entre las Direcciones de Vialidad y vecinos de la zona del camino siendo Vialidad Nacional la encargada de proyectar y ejecutar la obra.
Casi un año había transcurrido hasta que llamemos a licitación y adjudicamos la obra a una empresa de La Plata. Los Hermanos recordarán los corpulentos árboles que había de ambos lados; pues bien la inexperiencia nos hizo cometer el error de prometer a la empresa el camino sin ningún árbol dejando la extracción de los mismos por cuenta de cada vecino.

Era pedir peras al olmo… ¿Cómo sacar los? … Al final tuvimos que recurrir a
maquinarias y cuadrillas de obreros municipales, gentileza del señor Intendente Municipal a las que se sumaron los Hermanos Escolásticos en valiosísima colaboración que dio que hablar favorablemente en el vecindario; sin omitir el aporte tipo hormiguita de los juniores de Pilar hábilmente dirigidos por los Hermanos de la casa. En el mes de marzo debíamos haber iniciado pero lamentablemente se nos vino encima el otoño y el invierno con sus abundantes lluvias de Julio y Agosto y nuevamente inconvenientes en el trabajo.
Con paciencia y buenos modos hemos llegado al final que los Hermanos podrán comprobar en su próxima Ida a los retiros de este año. A título únicamente de Información les comunico que el monto total anda entorno a los ocho millones de pesos financiados en un 70 % por Vialidad Nacional;30 % sobre seis millones (primer presupuesto) por Vialidad Provincial y 30 %sobre dos millones (aumentos de costo ya fuste de jornales) por los vecinos, amigos y donaciones. Y en este sentido vaya una palabra de gratitud a los Rdos.

Hermanos Provinciales de Luján y Córdoba por Ia rápida colaboración brindada en efectivo en momentos álgidos que posamos. Solamente me queda agradecer públicamente a cuantos de alguna manera colaboraron conmigo con esta obra que no será común. Si alguna recompensa creen los Hermanos que merezco, sea un Ave Maria por el Hermano Julio Federico, alma máter y motor de una obra que tanto anhelaba y que fue voluntad de Dios no Ia disfrutara en vida. A todos, pues, muchas gracias.

Hno. Patricio Ruiz. Colegio Champagnat – Buenos Aires / De Crónicas del Champagnat.
Septiembre 1983, pág. 41.
“¿Y el Hno. PATRICIO RUIZ? Está combatiendo el buen combate, ganando méritos y se halla muy cerca del corazón de Dios. Sin duda que en su quietud de crucifixión, sufre lo impensado y se purifica. Vive en silencio el sueño sublime cual jamás soñó ni se imaginó en su vida. Se siente pasajero del tren cuya terminal es la eternidad. Recorre PATRICIO RUIZ, místicamente la calidez de las estaciones del Vía crucis cargados sus hombros con la esperanza ardiente y segura del arribo final.
Visionario, taladra horizontes lejanos y atrae sobre nosotros con sus rezos y ofrecimientos al Señor Jesús, la gracia que no resbala sino que cala hondo en nuestras almas necesitadas.

PATRICIO RUIZ:
Amigo de los ángeles, sigue tu rumbo venteando lejanías armónicas; sé como los cóndores andinos que, ebrios de celeste, vuelan hacia las crestas altas y ríspidas, también tú, fuerte en la tempestad, tus semillas de ejemplos no serán vanos.
PATRICIO, ruega por quienes necesitamos de tu ayuda. Te pedimos perdón por tantos descuidos, tantas faltas de delicadeza, tantos olvidos…Con gracias mil te premie el Divino Pagador.
(Nota necrológica Pascua 1989, pág. 15 – 16). No se transcribe en su totalidad.
“La muerte de este zamorano me recuerda la del padre: diabético también, muerto a los 78 años: ha comido bien, a las 15.30 le pide agua al Hno. Samuel Eutimio. Se queja. No está en ese momento la enfermera, quien aparece a las 16.00. Estaba muerto. Murió solo. Era el 20 de enero, viernes, de 1989.
Enfermo desde el 88 al 89. Una semana antes de su muerte fue trasladado a Luján.
Lo conocí en La Inmaculada, 1979, respetuoso, amable, piadoso, chistoso, con excelente disciplina cuando se encargaba de la disciplina de Primer Año, amigo del lustrabotas de la calle Caseros, del diariero, de los empleados, etc., etc.
Lo vemos en el Juniorado en 1943, como maestro, y en 1945 como celador y hemos constatado que después ha tenido un cariño especial por los júniores. Todo gira alrededor de estas palabras: Hno. Ireneo, Hno. Isaac, Chevalier, Pérez Companc, el otro Pérez, Llorente, campamentos en Anizacate, regalos, premios, Hno. Fausto, etc., etc. Dios se lo habrá escrito en su ficha. Todo era para sus queridos juniores.

Todos recordamos sus excelentes relaciones humanas, con ciertos Presidentes, ciertos Ministros, con ciertos Ministros de nuestra Madre Iglesia, pensemos en Mons. Adolfo Tortolo (las delicadezas infinitas que habrá tenido con ese Monseñor, tan poderoso ante la Virgen y que sin duda habrá salido a recibirlo; porque, como dijo el vasco P. Arrupe a ese Provincial melindroso que venía a quejársele de las dificultades en la oración, suyas y de sus hermanos Jesuitas: “Padre, pero en resumen, (se ve que ya le había hinchado las narices) ¿USTEDES QUIEREN REZAR O NO?” Yo puedo preguntarme lo mismo: “Pero compañeros, ¿CREEMOS O NO CREEMOS?” Es asunto de voluntad.
Cuando lo vi el 21 de enero de 1989 en la capilla de Luján (30 HH, de la Pcia. de Luján, 10 de la de Córdoba, las dos enfermeras, el Padre oficiante de San Juan de Dios y un joven alto con la cara un poco indefinida, con mucha culera, que nos ayudó a bajar el cajón, (Damián, amigo de los humildes, hijo de carpintero, ; y ahora se me escapan las lágrimas y tengo que limpiarme, no sea que venga alguien) me dije para mis adentros: AHÍ YACE O-TRO COHERENTE, OTRO FIEL. Lo que prometió en Carrión el año en que yo nacía, 1932, lo cumplió, no sin algunos rasguños (léase cornadas)) de mihura zamorano o andaluz en el ruedo de esta vida que todos conocemos.

DAMIÁN, DESCANSA EN PAZ.
Una oración por ti, por tu querida madre, por tus hermanos y por los pobres, tus amigos, y por los ricos que te ayudaron.
Un ¡MUCHAS GRACIAS! lleno de admiración a los Hermanos, a los empleados, a las Hermanas Siervas de los Enfermos, a las Enfermeras que te atendieron en Champagnat. No quisiera hacer nombres, porque me olvidaría de alguno y eso no tendría perdón.
Voto al último chápiro que todo eso lo tiene fichado Dios.
Un ¡MUCHAS GRACIAS! tan grande como la Villa San José al Hno. Samuel Eutimio (ese santanderino universal con quilates de virtud poco comunes), al Hno. Teófilo Miguel y a su Consejo, y a todos los de la Provincia de Luján, por ese acto de amor, ese exquisito acto de amor.

Hno. José María Mazuelas.
A su vez, la revista provincial de LUJÁN publicó nota necrológica: marzo 1989. De las dos páginas que cubre, transcribimos la segunda, 16.

Hermano Patricio.
“H. Patricio. Me haces confesar que yo también supe de algunos de tus afanes por los jóvenes (esos afanes que sostenidamente cantaron varios testimonios), te conocí capaz de dar la cara para que nosotros, aspirantes, probáramos las golosinas que esconde la vida y llenáramos vientres y deseos con algo más que las bondades de la comida que Dios también regala a las aves del cielo o el huevo que el padre malvado no transforma para sus hijos en escorpión.
Eso y tu dinamismo y la habilidad para sacar al pudiente lo que es de los pobres y tu sonrisa, rebosante de satisfacción, de salud a toda prueba, de buen pasar, y quizás también, de hartura por sentirte cómodo en la casa paterna, todo ello que te lo apunte por bueno el Señor.

Conocer también los sorbos de vinagre que nos diste a probar cuando temblorosamente nos acercamos buscando el imposible saludo que nos permitiese el asomo a ese Job en soledad de pústulas y excreciones en que te habías confinado, y tus palabras duras, hoscas, sonaban casi como irreverencias que herían más orejas que sentimientos porque las sabíamos superiores a tu voluntad y sensibilidad. Sí. Dejo en claro que no nos heriste demasiado. Acertaste a enfrentarnos con el misterio del dolor que tiene el mismo aspecto de la muerte, a dejarnos con la honda interrogación mayúscula sobre el dedo de Dios que toca, a marcarnos con el alarido desgarrado lanzado a un Padre que parece que no oye, Patricio. Nos pusiste en la desnudez de nuestro desvalimiento, desenmascarando nuestro estúpido orgullo, poniendo de manifiesto las cadenas de nuestras alas. Ya casi sólo era posible la lectura de tu vida con los ojos de la fe. Como a ti, una extraña diabetes nos había nublado las miradas espontáneas.

¿No nos pusiste tú la fe demasiadas veces a prueba? ¿No pudiste en tu quasi ceguera vislumbrar nuestro empeño en proferir palabras confortantes cuando el lenguaje acariciador es el silencio? ¿No atinamos a deshacer las madejas de qué, por qué y para qué que nos trenzabas cuando te tendíamos temblorosas las manos y tú las apartabas casi de una cachetada como se ahuyenta a las moscas molestas? Experimentamos la pobreza extrema de los signos que nos dejabas para poder rastrear y vislumbrar las riquezas de posibilidad des escondidas. ¿ Acaso no lo pregonaba con elocuencia ese aturdimiento de la radio con el que permanentemente parecías enfundarte, huyendo del tamaño de esas noches de Getsemaní, de tus gritos silenciosos de tu hora nona, de los silencios acribillados de tu lento calvario?

Sea lo que fuere. El Señor te llamó a la difícil vocación martirial de cada momento, te acarició con mano hiriente y nosotros conocimos las crispaduras epidérmicas de tu débil naturaleza como respuesta. Bueno es permanecer mudos en el umbral de la mera cuestión.
Gracias, Señor, porque me sigues besando despojado de tu corona de espinas. Pero fortaléceme con el abrazo a la voluntad del Padre, si llegaras a tocarme con tu mano pesada.

Hno. Teófilo Miguel y Martín.
Notícula De Despedida.
Es en torno a su delicada preocupación por nuestras cosas y… casas. Tomada del número de mayo 1970, pág. 20. Leemos:
“Subsidio. Días antes de renunciar a su cargo de Gobernador de Córdoba el Comodoro Roberto Huerta dio resolución favorable al Expte. Nº 6-01-00889/69 por el que se solicitaba contribución para las obras de nuestra casa de descanso en Villa Champagnat. Cumplimentados los requisitos de fórmula se nos hizo entrega del cheque por $CINCO MIL Ley 18188 y que obra en poder del Hno. Director de la Casa de Noviciado.
Esperemos que los Hermanos veraneantes puedan disfrutar de mejoras en las habitaciones que ocupan en vacaciones. El Hno. Pablo Rafael tiene la palabra. Hno. Patricio Ruiz…

N. B. ELEVACIÓN está obligada a destacar que el H. Patricio ha tenido activa participación en la gestión y consecución de éste y otros beneficios para nuestra Casa Noviciado de Villa Champagnat de Anizacate. Su pericia de ‘gestor’ ha tenido pleno éxito.”

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