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HNO. PABLO MARCELO

Nombre Civil: ALFREDO LUIS BONZANI.

Fecha de Nacimiento: 07/03/1908.

Lugar de Nacimiento: Ciudad de Córdoba.

Fecha de Profesión: 02/07/1924.

Fecha de Defunsión: 27/05/1974.

Estable 1908 – 1974.
Nacimiento: 07.03.1908 — Ciudad de Córdoba.
23.09.1919: Junior en Luján.
10.02.1923: Postulante.
02.07.1923: Toma de Hábito.
02.07.1924: Primera Profesión.
01.01.1931: Profesión Perpetua.
Febrero/1949: II Noviciado, Grugliasco.
11.01.1967: Votos de Estabilidad.
Fallecimiento: +27.05.1974 — Buenos Aires — 66 Años y 51 Años de Hermano.

ALFREDO LUIS BONZANI, con nosotros un “cordobés” de ley, que nos hace lamentar porque la máquina no puede reproducir gráficamente el tonito. Sí señor, de la misma Docta, y propiamente de la Alta Córdoba. Además, un profesor de primera. Mi hermano Julio lo tuvo en el San José de Mendoza, donde estuvo el Hermano como profesor de 1932 a 1945. Julio lo recordaba como un erudito múltiple, grande en Historia, Literatura y Biología. ¡No por nada era de la Docta! Posteriormente, también Asesor del Centro Interno de la Acción Católica y, estando yo en Primer Año (1943), lo recuerdo a nivel de encargado deportivo. Perdón, lector, ya calmé el entusiasmo de mis recuerdos. Pasemos a los rasgos mayores de su vida.

Su Familia.
Su padre, Salvador, era de profesión mecánico y falleció en 1911. Consideramos que entonces y mucho después, se aplicaba ese título casi exclusivamente al mecánico de automotores. Su madre, Ana María Tauro, cuyo deceso fue en 1938. Ocho hermanos en total, dos varones mayores y uno menor que él; cuatro mujeres mayores. Nos ha llegado el domicilio de dos de ellas, casadas, seguramente con dos hermanos. A saber, Margarita B. de Cecchin, su casa en Calle 52 – ARGÜELLO NORTE, F. C. Belgrano (Cba.), y teléf. Cba. 8565. Y Elisa B. de Cecchin, Avda. Rivadavia y P. Giannini, ARGÜELLO.
Recibió el Bautismo en fecha 4 de octubre de 1908, en la parroquia Nuestra Señora del Pilar, y la Confirmación a los pies de la Virgen de Luján en su Basílica, pero no ha sido asentada la fecha.
Documentos. C. de Identidad de Policía Federal, 3305592; Libreta de Enrolamiento 33006, Distrito Militar Buenos Aires.

Títulos Habilitantes.
Para Primaria, APTITUD PEDAGÓGICA, sigue luego un espacio en blanco, y un número identificatorio con año de 1956. TÍTULO ELEMENTAL DEL MAGISTERIO, provincia de Buenos Aires/ 1926. Secundaria: TÍTULO SUPERIOR DEL MAGISTERIO/1933.

Grilla De Actuación:
—Luján Escolastic. – Julio/1924 – Estudiante.
—Luján: Colegio – Mayo/1925 – Maestro.
—La Plata: S. V. – Enero/1926 – Maestro.
—Luján: San José – Julio/1926 – En Convalec.
—Buenos Aires: Manuel Belgrano – Noviembre/1926 – Maestro.
—Buenos Aires: La Inmaculada – Enero/1928 – Maestro.
—La Plata: S. V. – Enero/1929 – Maestro.
—Mar del Plata – Enero/1930 – Maestro.
—Mendoza – Enero/1932 – Maestro.
—Mendoza – Enero/1933 – Profesor.
—Buenos Aires: Champagnat – Febrero/1945 – Profesor.
—Grugliasco – Febrero/1949 – Gran Novicio.
—Luján: Esc. – Septiembre/1949 – Profesor.
—Buenos Aires: Champagnat – Febrero/1950 – Profesor.
—Buenos Aires: Manuel Belgrano – Febrero/1952 – Profesor.
—Buenos Aires: La Inmaculada – Febrero/1954 – Director.
—Buenos Aires: S. F. – Septiembre/1954 – Ayudante Editorial.
—Luján: Esc. – Febrero/1955 – Profesor.
—Luján: Jun. – Febrero/1956 – Profesor.
—Morón – Febrero/1957 – Profesor.
—Luján: Jun. – Febrero/1958 – Profesor.
—Mendoza – Febrero/1962 – Profesor.
—Luján: Jun. – Febrero/1963 – Profesor.
—Marcos Juárez – Enero/1965 – Profesor.
—Córdoba – Octubre/1970 – Varios.
—Marcos Juárez – Enero/1972 – Profesor.
—Alta Gracia – Marzo/1973 – En Reposo.

Su vena no era la dirección. Vemos que, tras unos meses en el cargo en el Colegio La Inmaculada, prefirió renunciar. Se lo veía feliz en la docencia. Eran muy famosos sus mapas para la enseñanza de la Historia, un chiche.
Nota sobre su grupo de Noviciado. Fueron once quienes profesaron con él la primera vez. De ellos, han perseverado tres: él y los Hermanos Damián Spinelli y Pedro Bernardo Hipperdinger. Un cuarto profeso temporal ingresó años después con la intención de ser Hermano lego franciscano, sin que conste haberse sabido más. Los otros siete abandonaron la Congregación con votos temporales.

La nota que sigue fue publicada en ELEVACIÓN, Septiembre 1974, pág. 34-35:
+ Hno. Luis Alfredo Bonzani:
Otro benemérito miembro de nuestra Provincia Marista de Córdoba que se nos ha ido a la Casa del Padre tras larga carrera por los andariveles de la Vida Docente y Apostólica de la Congregación Marista en las tareas y obligaciones que el llamado de Dios le impusieron y la obediencia a los Superiores que le enmarcaron su labor. Porque en tales itinerantes líneas de marcha supo, animoso y sin desmayos, salir a ganarse el corazón de cada día. Aun cuando los baches de los contratiempos pretendieran debilitar sus entusiasmos o frenar su decisión en seguimiento de Marcelino Champagnat. Porque hombre sabio y varón precavido supo advertir la dimensión de cada trance y aplicarle sabia y apropiada propedéutica y luego seguir adelante con paso firme y ánimo seguro.

Largo sería para nuestra pluma si quisiéramos ofrecer una visión original y completa de las facetas de su rica estructura física y espiritual y de las llamativas modalidades de su compleja personalidad, hecha en base de empuje ascendente y de martillante esfuerzo para llegar a ser lo que consiguió ser: Marista, auténtico sepiente Maestro, enciclopédico Profesor, buen religioso y excelente Cohermano. Así cumplió la vieja máxima: “Si dejas de darte, dejas de amar”. Porque sólo así y con la “virtud a prueba de lanza” pudo alcanzar la preeminencia en la cátedra que con tanta altura coronó; y el afecto y la admiración que conquistó, en cuantos lugares se desempeñó en la vida comunitaria, en la función docente y las tareas apostólicas.

Este dilecto Hermano, en la larga trayectoria de su existencia y en la amplia gama de su labor en los colegios supo comprender que el éxito de nuestras empresas depende de nuestro querer, que nos lleva a situarnos en estado desencadenante de actitudes comprometidas y de realizaciones efectivas y eficaces. En esta línea y con tales bases, nuestro querido cohermano logró alcanzar el alto prestigio que orló su frente y labró el sólido plinto que cimentó, la magnitud de su figura relevante de Marista y de Maestro y Profesor.
Pergeñar su compleja estampa en pocas líneas es romper el molde de las mismas, que es como abrir las esclusas de los sueños, sin poder embridad su curso. Su contextura física de gran prestancia y garbo en sus años mozos había perdido sus rasgos macizos con la carga de la vida. Y su cabeza con acomia reluciente había perdido solidez y gallardía de otros tiempos, hasta el punto en que en los últimos años le flaqueaba la memoria y la arteriosclerosis le hacía más de una mala jugada. En tal marco su alma, privilegiadamente bien dotada de cualidades excepcionales, también tuvo que sufrir más de un quebranto. Pero su ánimo generoso y bonachón, su genio jocundo y comunicativo sentían necesidad de abrirse calle para la grata expansión, en disparos coloquiales de mesa a mesa o en la amigable rueda, para buscar asidero, donde engendrar el diálogo que alienta y la ocurrente alusión que reconforta y anima.

Así era él; hombre de amplios conocimientos en las diversas ramas del saber, maestro de capacidad inagotable, religioso marista convencido y fiel a prueba de embates frontales o esquinados. Quien esto escribe sabe que dice la verdad sin ditirambos ni restricciones, porque gozó de las luces de la mente lúcida y de la palabra cordial de este dilecto Hermano.
Humanamente lamentamos su partida a mejor vida; cristianamente y como Maristas nos alegramos y ejemplarizados por su perseverancia, en estos tiempos de tantas deserciones. Por la ruta que él nos marcó llegaremos también a la meta final, donde Champagnat y sus seguidores nos esperan.

Recuperado a principios de este año en forma alentadora en el sanatorio de San Juan de Dios, pudo reintegrarse a la Villa Marista de Pilar, donde el 27 de mayo sufrió un derrame cerebral. Al verlo cierto Hermano respirar profundamente creyó que estaría durmiendo, pero otro más advertido se dio cuenta que la situación era otra. Llevado con urgencia al sanatorio de la Corporación Médica del Sud, de Buenos Aires, gracias a las impagables diligencias del muy querido doctor José Nolazco, falleció ese mismo día. Tenía 66 años de edad y 50 de Vida Marista. Sus restos, como los de los demás difuntos de estas crónicas, fueron depositados en Luján, en el Panteón Marista.
Descartamos también que otro hermano suyo ingresara en la Congregación de los Padres Claretianos y en ella murió hace algunos años. Y anotamos la circunstancia que el Padre de dicha Congregación del barrio Constitución que asistió a nuestro querido difunto antes de expiar fue el mismo que asistió a su hermano cuando murió.

Del “currículum” del H. Luis Bonzani resumimos los siguientes datos: cursó el Escolasticado en Luján en 1924 y en abril de 1925 empezó su actuación como maestro de grado en Luján y siguió luego en La Plata y Buenos Aires, hasta 1930, año en que pasó a desempeñarse como profesor sucesivamente en Mar del Plata, Mendoza y Buenos Aires. En 1949 viajó a Grugliasco (Italia) para los cursos del Segundo Noviciado y a su regreso se desempeñó nuevamente como profesor en el Escolasticado de Luján y de Buenos Aires. En 1953 tuvo a su cargo la dirección del colegio de La Inmaculada y también fue colaborador en la Editorial de la calle Cochabamba. Después de febrero de 1955, volvió a sus cátedras en Luján y Mendoza, hasta 1965, en que lo vemos en Marcos Juárez. Los fallos en la salud lo llevan al Cerro de las Rosas, en Córdoba, en octubre de 1970. En 1972 vuelve a Marcos Juárez a su cargo de profesor. En marzo de 1973 va al Noviciado de la Bolsa, en Córdoba, en plan de reposo total, hasta que en el corriente año y en las circunstancias que hemos anotado entrega su alma al Padre Celestial. Y así, “dii el alma a quien se la dio y nos dejó harto consuelo su memoria…”

Aunque agobiado por los trastornos que atenazaron su salud en los últimos años, anheló siempre recuperarse para seguir trabajando por Dios, pero tuvo que decir con el poeta: “Señor, dadme vida mejor, por recompensa”.

SUS BODAS DE ORO. 1923/1973. Espigas Doradas.
“Al tranquito torpe, pero sostenido y, en estos últimos tiempos, apoyado en duro bastón, ha alcanzado el querido Hno. Luis Bonzani su quincuagésimo año de Vida Marista.
(…) hombre de perfilada estampa, cuerpo en otros tiempos esbelto y vigoroso y ahora encorvado por los años o por los achaques.
Nació en Alta Córdoba, entonces un barrio de la Docta Ciudad y hoy parte integrante de la misma.

Discurrió su niñez cerca de la parroquia del Corazón de María.
(…) fue trasladado a Marcos Juárez hasta 1970. Cuando ya la salud le flaqueó estuvo en 1970 en la Casa del Cerro, en Córdoba y en 1972 volvió nuevamente de profesor a Marcos Juárez, donde sacando fuerzas de su entereza y de su entusiasmo demostró sus altas y eximias condiciones de gran profesor y de apreciado Hermano Marista. Allí ha regresado a fines de agosto del corriente año, después de sufrir dolorosa operación en la pierna, apoyado, como hemos dicho, en rígido bastón. A Marcos Juárez ha vuelto para celebrar sus Bodas de Oro de Vida Marista, junto con la de la Asociación de Exalumnos, entre quienes cuenta con alta admiración y sólidos prestigios (…)

Lo hemos conocido a través de largos años y lo hemos admirado por su clara inteligencia, por su memoria feliz, por la amenidad de su hablar, por el don de captar y enseñar, por su virtud sin alardes y su saber multiforme, desde la Gramática a la Historia, desde las Ciencias Biológicas a la Filosofía. Siempre estuvo dispuesto para hacerse útil con la palabra y el ejemplo, siguiendo la vieja máxima: “No valemos por lo que somos sino por lo que damos’. Y así siempre, sin esconder una sonrisa al paso ni negar una palabra de halago, para cumplir el consejo: ‘En la inefable voz de lo sencillo, se hace la vida grata”.
(…) porque de todo ha habido, hasta algún tropezón, que nos sirve de aviso porque nuestros pies no están más seguros que nuestros deseos… Como aquella vez en 1927, en Belgrano, cuando al bajar del tranvía, en Cabildo y Pampa dio con su esbelta humanidad en el pavimento que le causó algunas magulladuras y el consiguiente susto. Y otros percances más han mellado su salud física que ha sabido sobrellevar con entereza y hombría…

Aureolado, pues, por aquilatados méritos, adquiridos a lo largo de los 50 años de Vida Marista, en los que ha logrado conseguir la manipulación de las vivencias docentes y religiosas, hasta alcanzar la alta categoría intelectual y la encumbrada cota de virtud con que en este cincuentenario nos ofrece su figura y por el cual con manojo florido de aplausos le felicitamos, aunque él modosamente y con espontánea y esquematizada sonrisa nos dirá sin humos ni vanagloria: Nada se hace sin impulsos de un deseo y ningún deseo se inflama sin amor”.

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