Nombre Civil: Lupicinio Gregorio del Valle.
Fecha de Nacimiento: 22/03/1911.
Lugar de Nacimiento: Santervás de la Vega — Provincia de Palencia — España.
Fecha de Profesión: 15/08/1928.
Fecha de Defunsión: 19/07/1988.
Perpetuo 1911 – 1988.
Nacimiento: 22.03.1911 — Santervás de la Vega — Provincia de Palencia — España.
Junior: Carrión de los Condes, 14.09.1922.
Postulante: San Mauro 14.02.1927.
Toma de Hábito: 15.08.1927 – Hno. Cayetano.
Primera Profesión: 15.08.1928.
En n/país: 29.09.1929.
Profesión Perpetua: 11.01.1934.
II Noviciado: Grugliasco, Agosto/1949.
Visitas de familia: Diciembre de 1959 y 1967. Mayo 1973 y abril 1978.
Maestro ….. 6 y ½ Años.
Profesor ….. 41 Años.
Trabajo Villa San José ….. ½ Año.
Asesor Ex Alumnos ….. 3 Años.
Retirado ….. 7 Años.
CONSUDEC …..1 Año.
Fallecimiento: +19.07.1988 — Pilar — 77 Años y 61 Años de Vida Religiosa.
LUPICINIO GREGORIO del VALLE, nuestro Hno. Cayetano de Toma de Hábito, es el menor de una familia de cinco hermanos, de los cuales dos varones. Sus padres formaban una familia de vida agrícola. El padre, don MARCELIANO GREGORIO, falleció en 1932. Su madre, doña PAULA del VALLE, que dejó este mundo en 1939. Trascribimos tal cual el domicilio como consta en la ficha de Secretaría Provincial: Sra. María Valbuena, Santervás de la Vega. Asimismo, al pedido de la dirección actual de algún hermano, copiamos: Santervás de la Vega – Saldaña (Palencia).
Recibió el Santo Bautismo a los tres días de su nacimiento, 25.03.1911, en la parroquia de los Santos Gervasio y Protasio, de su localidad. En cambio, la Sagrada Confirmación le fue conferida en la ciudad de Quintanadiez, parroquia de San Salvador. No consta fecha.
En la mencionada ficha encontramos otra dirección familiar, de una hermana de nuestro Hermano: Sra. Lorenza GREGORIO del VALLE, V. Calderón 19, 2º, Izq. PALENCIA.
Documentos.
Libreta de Enrolamiento 1314044, Distrito Militar 15; C. de Identidad de Policía Federal 1744112. Carta de Ciudadanía Argentina, fechada el 06.09.1934.
Títulos Habilitantes.
TÍTULO SUPERIOR DEL MAGISTERIO, en 1934. Dos años anotados con lápiz en la ficha complementaria, pueden interpretarse fielmente como que sus años de Estudio Religioso los hubo finalizado en 1938, y el título de Bachiller – dando los exámenes como libre, que era lo habitual, en el año 1938.
Sigue El Cuadro de Sus Misiones — Obediencias:
Consta en su ficha que sus últimos años estuvo retirado en Villa Marista de Pilar, 1981, habiendo fallecido en dicha ciudad el 19 de julio del año 1988.
—Gugliasco: Esc. – Agosto/1928 – Estudiante.
—Luján: Esc. – Septiembre/1929 – Estudiante.
—Buenos Aires: Ch. – Enero/1930 – Maestro.
—Luján: Nov. – Abril/1930 – Profesor.
—Luján: San José – Junio/1930 – Empleado.
—Morón – Enero/1931 – Maestro.
—Buenos Aires: Ch. – Enero/1935 – Maestro.
—Buenos Aires: Ch. – Enero/1937 – Profesor.
—Gugliasco – Agosto/1949 – Gran Novicio.
—Mendoza – Marzo/1950 – Profesor.
—San Rafael – Febrero/1960 – Profesor.
—Buenos Aires: Ch. – Febrero/1962 – Profesor.
—Buenos Aires: Ch. – Febrero/1978 – Asesor Ex Alumnos.
—Pilar – Febrero/1981 – En Reposo.
Profesor de Nivel Terciario.
“El Hno. Cayetano da clases de Cosmografía a los futuros profesores de Historia Geografía. Se van a presentar a examen. No todos lo hacen llegado el momento. Pero los que lo hacen triunfan en toda la línea. Se ve que el Profesor es bueno… y los alumnos. ¡Que esos triunfos se repitan muy a menudo.”Firma el H. José M. Mazuelas. (Julio 1969, pág. 37).
Elevación, noviembre de 1980, págs. 12 – 13.
El Hno. Cayetano ha sido distinguido con la CRUZ DE CABALLERO DE LA ORDEN DEL MERITO CIVIL de España, por el esfuerzo que ha realizado educando a miles de alumnos a lo largo de un meritorio y Fructífero apostolado.
Por iniciativa de Ia C.D. de Exalumnos del Colegio Champagnat, la condecoración le fue otorgada y así el 27 de agosto tuvo lugar la ceremonia de imposición en el Auditorium del Colegio. Se hallaban presente, en el acto, como autoridades, el Sr. Paulo Sanchez Term, Consejero Cultural de Ia Embajada de España; el Hno. Tiburcio, Superior del Colegio y Rector de la Enseñanza Secundaria; el Hno. Narciso, Director de la Enseñanza Primaria; el Sr. Lehniann, Presidente de la Asociación de Exalumno. local y Ia Comisión Directiva en pleno.
Luego de serle impuesta la condecoración el Hno. Cayetano pronunció Ias siguientes palabras de agradecimiento, que fueron subrayadas por los concurrentes con aplausos y muestras de simpatía.
“Nací en Santervas de la Vega, un pueblo de Castilla la Vieja en la provincia de Valencia.
Transcurrió mi infancia muy felizmente y sin mayores problemas.
Tenia yo 12 años cuando el Señor me señaló mi destino en el Juniorado de Carrión de los Condes. Dios y Ia Virgen quisieron que fuese Hermano Marista. Puedo afirmar que jamás me arrepentí de haber abrazado esta hermosa vocación, ni tuve la más leve indecisión.
Dos años después fui seleccionado a proseguir mis estudios en Italia, en la Casa-Madre de la Congregación Marista. Es un pan regalo que me hizo la Santísima Virgen, pues me brindó la oportunidad de vivir junto a los Superiores Mayores de la Congregación. Es una gracia que me ha impactado por el resto de mis días.
Al terminar esos estudios y siendo ya Hermano, se me destinó a la República Argentina. Tenía entonces 19 años.
En 1930 inicié mi larga trayectoria docente en el Colegio Champagnat. Luego actué cuatro años en los Colegios de Morón (donde completé mis estudios académicos), diez en el de Mendoza y dos en el de San Rafael; volviendo luego al Champagnat.
Durante los 35 años de permanencia en este mi querido Colegio he asistido al constante crecimiento de su alumnado: desde los 480 alumnos que lo frecuentaban en 1930, hasta los casi 2.000 inscriptos este año 1980. Son incontables los acontecimientos que me ha correspondido presenciar a lo largo de esos cincuenta años: solemnes conmemoraciones propias de la Institución Marista, emocionantes desfiles patrios por las calles de la ciudad, concursos atléticos y deportivos con sonados triunfos, luchas literarias, celebraciones patrias y religiosas, fiestas gimnásticas y de fin de curso, etc.
Así se fue plasmando el gran predicamento de que goza hoy el Colegio Champagnat ante las familias y las autoridades, fruto del constante desvelo de los Hermanos en pro de una educación humanista y cristiana de sus educandos, y también —¿por qué no decirlo?—debido al espíritu mariano que supieron infundirías.
Aparte de mi larga actuación docente en el Champagnat, hay una actividad que siempre me será grato recordar. Me refiero a mi responsabilidad como Asesor del Centro Interno de la Acción Católica, ejercida durante muchos años. Dejó en mi espíritu una impronta imborrable a causa de los especiales frutos percibidos en el ejercicio de ese función y de los gratísimos recuerdos que perduran en mi memoria, como ser, los fervorosos Ejercicio Espirituales realizados en lo finca de Barilari y las grandiosas Asambleas de La juventud de Acción Católica. Fue una época vivida con entusiasmo y amor.
Corresponde que haga ahora una referencia a mi actual actividad como Asesor de la Asociación de Ex-alumnos del Colegio, por ser sus dirigentes los gestores de esta honrosa condecoración.
Al hacerme cargo, hace cuatro años, de la Asesoría de la Asociación trate de desempeñarme lo mejor posible y para poder trabajar con mayor eficiencia encare la ardua tarea de actualizar las direcciones postales de los miles de exalumnos de la Asociación, y de montar el correspondiente fichero.
Al cumplir el año pasado mis Bodas de Oro con la Institución Marista, Ia Comisión Directiva de los Ex-alumnos, pensó que seria una buena ocasión para testimoniarme su cariño y agradecimiento, obteniéndome una condecoración de Ia corona de España. Se hicieron gestiones en ese sentido a través de lo Embajada de España en la Argentina y de los Organismos competentes. Y así, el 24 de Junio de 1980 Su Majestad Juan Carlos I me otorgó la “Cruz de Caballero de La Orden del Merito Civil”.
Corresponda ahora “esmerarse por contribuir al mayor lustre de la Orden“. consigna que tratare de cumplir con todas mis fuerzas durante el resto de los año que el Señor se digne concederme aun en esta vida.
Agradezco a mi queridos exalumnos el gesto que han tenido conmigo, del que guardare eterno recuerdo, y agradezco asimismo a los Hermanos, y Profesores de este querido Colegio, mi Colegio, que han sido los verdaderos artífices de esta honrosa distinción. Finalmente se sirvió un lunch de agasajo y regocijo.
Bodas De Oro — Semblanzas — Hermano CAYETANO — (Lupicinio Gregorio del Valle…)
Os presentamos otro prohombre y, por tal, difícil de encasillar en Ias clásicas líneas de la relumbrancia y perdurabilidad, porque por su alto relieve y destacados contornos salta todos los moldes de encuadramiento y ubicación en el marco literario. No es que sea un enigma para estilistas, pero sin hacerle concesión a la ironía podríamos decir del Hno. Cayetano que su personalidad y las facetas de Ia misma han sobrepasado todas las presunciones y conjeturas sobre su capacidad creadora de días fecundos —en obras y en hechos— y ha dado razón al vitalismo multiforme de su genio emprendedor y arriesgado, listo siempre para llevar adelante cuantas actividades se le propusieron, sin amilanarse por la dureza de las circunstancias ni Ia peligrosidad de los traspiés. Hombre de empuje, quien a sus años —Bodas de Oro— dicta clases, como cualquier juvenil maestro, lleva a su cargo otras diversas tareas y asesora con lucidez y entusiasmo y con decidido afan la Asociación de Ex-Alumnos del Colegio Champagnat. Y así lo vemos en plena acción y en eficiente labor de dedicado maestro y concienzudo Hermano Marista; en suma y en resumen, que “no es como el tonto en víperas, que no dice ni tus ni mus”, según canta el refrán.
Larga trayectoria docente y no menos larga carrera, sin pausa y sin desmayos, en Ia vida religiosa marista, ambas —trayectoria y carrera— perfiladas en las pautas vocacionales de discípulos fervoroso y abnegado, valiente y generoso, de Marcelino Champagnat, leal a la palabra empeñada hace 60 años y fiel a los compromisos votales, jurados ante el altar de la Virgen en su Profesión religiosa. Datos son estos, claros y elocuentes, del buen signo de su alma entera y de su corazón bien templado, que sabe muy bien a donde va y el camino que ha elegido por decisión de su voluntad y empuje de su espíritu enardecido que conoce las exigencias de Ia marcha y la dureza de Ias dificultades, pero que, como hombre sabio, cuerdo y decidido, sabe también con tacto y pulso, hacer el cambio de agujas de su alma noble y grande hacia el rumbo que le marca Ia vocación marista y le señala Ia luminosa meta, donde está el triunfo definitivo y el premio sin penumbras.
En esta línea de vida y en esta ascensión hacia Ia perseverancia, a veces ruda y a
lomos del recuerdo y otras veces suave en alas de Ia generosidad y del optimismo, lo
han acompañado su fuerte temperamento sanguíneo y su carácter firme y emotivo y
guiado por los impulsos de su espíritu intuitivo, con los cuales ha sabido imponerse
a las exigencias del largo metraje y final feliz de Ia vida marista. Hombre de palabra fiel, rubricada con gesto amplio y atrayente sonrisa. Su vida enmarcada en nobles aspiraciones y recias ansias parece decirnos que “de nada sirve al hombre querer privarlo de las estrellas, porque el secreto de ese hombre es llevarlos adentro”.
Hombre de agrado, podríamos definirlo, como quien en toda hora demuestra que
lleva dentro de sí la carga insita, insita, inocultable y permanente, de sus virtudes de varón
fundamentalmente bueno, de maestro competente y sabio, de religioso abnegado y
dado a Dios y si prójimo, y de marista ufanado de su nombre y su prosapia. No se
si será cierto o no aquello de que “los “titanes no están nunca de vuelta”, pero sí
es cierto que con el Hermano Cayetano, los maristas, titanes en su vocación, reviven y
están de vuelta permanentemente en la vida de Ia Congregación y en la guardia y
defensa de sus prestigios y de sus glorias.. Sus pasos hay que seguir.
ROMANCE DE LOS CINCO PRÓCERES:
Se comprenderá que trascribamos sólo algunas estrofas de este romance compuesto por el Hno. León Gonzalo y publicado en abril de 1978, ofrecido a los Hermanos de Bodas de Oro Héctor María, Filomeno, Cayetano, Balbino y Juan Galdeano.
Eran cinco adolescentes de Castilla y aledaños; plena el alma de ilusiones llegaban al Juniorado, que abrió un día Filogonio, a quien sucedió Ricardo y Francisco y Tirso y otros
nobilísimos Hermanos.
Allí en la Virtud y Ciencia se cultivaba el granado Vergel de cientos niños, aspirantes denodados a ser buenos misioneros en los países lejanos del Instituto Marista por Marcelino fundado.
En tal ambiente propicio, la vocación fue gestando y los muchachos aquellos se revistieron del Hábito y en las tierras argentinas, la obediencia les dio el campo a sus nobles ambiciones de Maristas denodados, de Maestros competentes, de religiosos forjados en la mística sublime.
Que en Champgnat tiene el marco. Aquí están Héctor María y Filomeno, su hermano y Cayetano y Balbino y también Juan Galdeano.
HNO. JOSÉ CAYETANO (1911/1988).
“Todo ser es único e irrepetible, Verdad. Pero también es cierto que algunos seres son mas únicos e irrepetibles. De ellos decimos que Dios los hizo y rompió el molde. El Hno. José Cayetano, de familia Lipicinio Gregorio del Valle, alias LUPI, creo que entraría bien dentro de esta ultima categoría.
Por lo que me contó, entro en el Juniorado de Carrion por una equivocación. El creía que lo llevaban a los Jesuitas y resulta que fue a parar a los Maristas. Montado en su burrito, al pasar frente a los Jesuitas, pregunto por qué seguían adelante. Le contestaron que iba a los Maristas. Esta pequeña distracción marca una constante en su vida. El cúmulo de sus despistes ha sido proverbial. Tomar el tren para el lado contrario de donde quería ir y después discutir con el guarda pretendiendo que diese marcha atrás porque el tren se había equivocado, ir hacia un lugar y tomar el colectivo para el lado contrario dar un sonoro beso a una señora confundiéndola con otra, dejar las cosas en cualquier parte y sostener que se los habían escondido, entrar en una clase cuando le correspondía otra, etc., etc., etc., era el pan de cada día. En los últimos años esto se acentuó bastante; Le era difícil hacerse entender, las palabras adecuadas no acudían prestas a la mente.
Siempre fui feliz, decía. No entendía de problemas, malos entendimientos ni incomprensiones ni de esas cosas negativas de que hablamos muchas veces. Para el todo era bueno y basta.
Respetuoso con los demás, no se le oía jamás una palabra despectiva, despreciativa o de menosprecio para nadie. Eso si, tampoco permitía que se metiesen con el.
Hombre agradecido, si uno sentía su mano acariciando el hombre o recibía una palmada en la espalda era, sin duda, para recibir una felicitación o un agradecimiento por la cosa mas nimia.
Amante de la naturaleza, gozaba de las plantas, con los animales, con las aves. Protagonista fue mas de una vez de episodios que podrían parecer risueños. Todos los días, después del desayuno, hacia desaparecer de la mesa todas las tostadas sobrantes, y a veces, no tan sobrantes, para dárselas a los pájaros. Después se extasiaba viendo picotear a las aves. Cuando contaban las ranas, se acercaba cautelosamente para oír mas de cerca el concierto de estos animalitos, acompañados por el contrabajo de los sapos que merodeaban alrededor de la pileta.
No admitía que se tratase mal a los animales y protestaba cuando se los echaba de la propiedad. Graciosa resulto aquella anécdota en que se lo representa juntando grillos y soltándolos en su habitación para poder gozar de la presencia de tan simpáticos animalitos. Por qué extrañarse ante el canto de esos bichitos.
En los primeros años en Pilar, jamás se perdía una salida o una puesta de sol. Por la noche, no se como se las arreglaba, pues veía con un solo ojo, salía al parque con sus apuntes de astronomía, tratando de encontrar en el cielo el nombre de las estrellas que el tenia escrito en sus papeles.
Por su carácter mediático y poco hablador, cualquier observador poco apercibido lo hubiese catalogado entre los hombres fríos. Nada mas lejos de la realidad. Abierto a la vida de relación y a la amistad, su corazón lleno de afecto, mantuvo y sin número de relaciones con parientes, amigos y exalumnos. Ningún día sin su carta pudo ser uno de sus lemas.
Bueno, cariñoso y afable con todos, lo fue más, si cabe con los pobres. Los visitaba todos los días, les llevaba ropa que traían los exalumnos y algunas cosas que encontraba por la casa. Esto a tiempo y contratiempo. La obediencia me ha tenido siempre entre los ricos, pero yo he estado siempre al lado de los pobres, solía decir.
Perseverante hasta rayar con la testarudez, era de los que, puesta la mano sobre el arado, no volvía la cabeza atrás… Testigos, sus amistades, la amplia e interesante colección de estampillas, la constancia en visitar a los necesitados, el cuidado del jardín, etc. Llegado a Pilar quiso encargarse de la parte del parque que da frente a la habitación donde dormía. Se empeñó en hacer desaparecer todo yuyo que a su entender lo afeaba. Cuatro años se pasó sacando malas yerbas y poniendo otras más elegantes, hasta que, al fin, lo dejó como él quería. Todos los días, con frío o con calor, en pantaloncito y camiseta, tirado al suelo, con increíble paciencia, fue sacando yuyos y poniendo otros. Generalmente quedaba lleno de barro y humedad. Probablemente de allí le vino el asma que le llevó a la tumba.
Metódico, alguien le llamó el hombre programado, siempre hacía las mismas cosas y a las mismas horas. Levantarse a las cuatro de la mañana, rezar, comer, tomar mate, ver tele- visión, ordenar sus estampillas, leer el Evangelio, la vida de Santa Teresita, su santa preferida, etc.
Solía ir a la visita de mediodía media hora antes, pero cuando terminaba la hora, ya empezaba con sus consabidos ruidos de protesta. Llegó la hora de terminar y basta.
En fin, me parece haber conocido al Hno. José Cayetano, Lupicinio Gregorio del Valle, cariñosamente, LUPI.
Feliz, sin problemas.
Optimista Empedernido.
Tardo en caer en la realidad. Despistado. Olvidadizo. Bueno con todos. Simple. Sencillo. Compasivo con los necesitados, con los animales. Porfiador contumaz por tardar en caer en la realidad. Voluntarioso. No aflojaba nunca en sus cosas. Sufrido. Jamás se quejaba de sus males. Había que adivinarlos. Fácil para agradecer y alabar lo ajeno. Como buen Marista, muy devoto de María. Buen profesor y mejor admirador de sus alumnos y exalumnos. Hincha de Boca hasta la muerte. Defensor contumaz de la individualidad. Nada suficiente y menos petulante supo tomar con humor y reírse de sus olvidos y despistes. No cayó en la tentación de tomarse y de tomar demasiado en serio sus distracciones. Cuando caía en la cuenta de sus despistes se daba una palmada en la frente y decía: ‘Ya saben que Lupi es así.’
Me figuro al Hno. Cayetano fallecido, rumbo al cielo y, por supuesto, tomando el tren para el lado contrario y tratando de convencer al guarda de que el tren se había equivocado. Por fin habrá bajado en la primera estación y humeando, habrá querido arremeter sin más. San Pedro le habrá parado y preguntado por el humito que salía de sus manos. Disimuladamente habrá dejado caer alguna cosita ya casi consumida.
Algo de tufillo a mosto fermentado también le habrá llamado la atención al dueño de las llaves. Lupi, tendrás que purificar primero esos dedos un tanto amarillentos y ese vaho que sale de tu boca. Me figuro a Lupi tratando de convencer a Pedro que eso no es más que una tontería. No te fijes en esas pavadas, le habrá dicho. Largo rato le habrá costado a San Pedro convencerle.
De todas maneras, Lupi, amigo, una vez purificado, habrás oído las palabras del Señor:
“Porque fuiste fiel a mi llamado, recibe el céntuplo.”
“Porque fuiste fiel a tus amistades, recibe la amistad de los ángeles y santos.”
“Porque fuiste buen educador y propagador del reino, entra en el Reino de tu Señor.”
“Porque fuiste fiel a tus trabajos de jardinero, descansa en paz en las eternas praderas del Cordero.”
Hno. Arcadio Balbás…