Nombre Civil: Hermann Müller.
Fecha de Nacimiento: 15/05/1883.
Lugar de Nacimiento: Tréveris — Renania — Alemania.
Fecha de Profesión: 05/01/1906.
Fecha de Defunsión: 20/06/1920.
Hno. Julio Benjamín
Profeso Perpetuo 1883 – 1920.
Nacimiento: 15/05/1883 — Tréveris — Renania — Alemania.
Escolasticado en Arlon (Bélgica).
Octubre/1901: De Arlon pasa a Saint Paul.
Hacia fines de 1903: Profesor de alemán en Bourg de Péage.
Hasta 1905: En España. Pide venir a n/país. Desembarca el 24/02/1905.
Enero/1906: Profesión Perpetua.
Actuación: 1905/1907, Calle Lorea.
1908: Marcos Juárez, Mar del Plata, La Inmaculada.
Enero/1920: Por su enfermedad, va a Marcos Juárez.
Fallecimiento: +20/06/1920 — 36 Años.
Hermann Müller nació en Tréveris, Renania, Alemania, en 1883. ”Por referencias que tuvimos con él y de él”, dice el Hno. Fredien, sabemos que su padre falleció siendo Hermann muy joven. Tuvo la dicha de tener una madre piadosa y santa que aún antes del Decreto de Pío X sobre la Comunión frecuente y cotidiana, iba a comulgar cada mañana, costumbre que siguió hasta el fin de sus días. Desde el ángulo de la seguridad vocacional marista, son notables las relaciones, en reciprocidad, entre él y su madre.
*****Nota:
Llevó a cabo su Escolasticado en Arlon, Bélgica. Nada sabemos de su vida como junior ni como novicio. Finalizado el Escolasticado, pasó a la provincia de Saint-Paul-3-Châteaux en octubre de 1901. Fue nombrado segundo profesor de alemán en el internado de Bourg de Péage, donde quedó hasta fines de 1903.
Con motivo de la secularización pidió ser trasladado a España. Estuvo un año completo en La Garriga, como maestro de Infantil, luego Primer Grado y ahora Primer Año de EGB. Desde España embarcó hacia Argentina, juntamente con los Hermanos Ignacio y Joseph Perpétue. Llegó a nuestro país el 24 de febrero de 1905. Estuvo en la escuela de calle Lorea, de 1905 a 1907 inclusive. En su pequeña capilla pronunció los votos perpetuos.
En marzo de 1908 acompañó al Hno. Fredien para la fundación del Colegio Sagrado Corazón, Marcos Juárez. Quedó en él hasta 1913. En 1913 fue destinado al internado de Mar del Plata como celador. Desempeñándose como maestro en el Colegio La Inmaculada, se le inició un llamativo debilitamiento. Volvió a Mar del Plata con menos trabajo. Pero fue vencido por una tisis lenta. Llegó a un estado de completo abatimiento.
Para favorecerlo con clima más seco, fue destinado a Marcos Juárez, en enero de 1920. La estricta orden médica era de descanso absoluto. A mediados de junio solicitó los santos sacramentos, que recibió el día 15. En la mañana del 20, como una lámpara que se apaga, entregó su alma al Señor. Seis meses había estado en Marcos Juárez.
A pedido de sus Ex Alumnos del C. SAGRADO CORAZÓN, y fundadores del mismo, sus restos permanecieron en el cementerio de la ciudad. Colocaron una placa sobre su tumba, al finalizar los actos de las Bodas de Plata del colegio, el 6 de Noviembre de 1933. En esta ocasión, habló en nombre de los Ex Alumnos el Dr. Oscar Ruiz Villoz. Los actos centrales de la celebración fueron presididos por Monseñor Leopoldo Buteler, Obispo Auxiliar del Arzobispado de Córdoba. Los restos dei Hno. Julio Benjamín descansan en el panteón marista, desde su traslado en agosto de 1960.
*****Nota:
Dice él mismo: “Después de Dios —la vocación— la debo a mi santa madre, quien en cada carta sabía decirme Hijo mío, ya sabes si lamento saberte tan distante de mí en mi ancianidad; solamente consentí en que fueras lejos de tus padres por el único fin de no abandonar tu santa vocación, como lo hizo tu hermano mayor en ocasión de la situación bélica de nuestra pobre Europa. Pido a Dios verte en el cielo… Sé buen religioso, salva muchas almas y no olvides ante Jesús en tu Comunión diaria el alma de tu pobre madre, cuya sola aspiración es saberte siempre un santo religioso> El Hermano había manifestado un deseo: ver por última vez a su anciana madre, que tan generosamente lo había ofrecido a Dios”.
El Señor le pidió ese sacrificio. En efecto, se hallaba próximo su turno para el Segundo Noviciado cuando se le agravó la enfermedad. No tardaron en encontrarse en el cielo. A los pocos meses de fallecer el hijo, la madre descansaba en la paz del Señor.
Rasgos que atestigua el Hno. Fredien: “Era muy amante de su patria. Muy encariñado con las tradiciones peculiares de su país, casi hasta la ingenuidad. Era muy patriota, sin censurar la patria ajena. Cuando alguna cosa adversa se le hacía notar de la guerra de 1914, en vez de discutir callaba y lo guardaba todo para no faltar a la caridad. En esto pudimos ver su gran caridad, paciencia y el deseo de no herir a nadie”.
“Le caracterizaba una singular devoción a la Pasión de Nuestro Señor; se hizo enviar por su madre las “Revelaciones sobre la Pasión” de la Sierva de Dios Catalina Emmerich, y las leía en sus estudios religiosos, después de la preparación del catecismo. Quien relata estas líneas, pudo apreciar su piedad, su amor a Nuestro Señor, su gran devoción a la Inmaculada Concepción y a San José; lo vio durante muchos años.” “De un genio algo fuerte, nunca discutía para evitar las faltas a la caridad”.
“Su puntualidad. Era exactísimo, y tanto que llegó a ser legendaria entre los Hermanos su puntualidad y cada año lo designaban reglamentario oficial durante los ejercicios espirituales. No fallaba nunca ni de un minuto; era la puntualidad personificada.”(Era clásica esta expresión: ) “ De temple bien constituido y robusto, parecía destinado a vivir muchos años, pero la inexorable tuberculosis le minó poco a poco y tronchó los promisores largos años de su vida. Murió a los 36 años, 24 pasados en el Instituto Marista, con 14 de profesión perpetua. Formó parte de la tercera expedición de Hermanos que iniciaron la formación Distrital en nuestra Provincia Marista”.