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HNO. EXUPERIO LUIS

Nombre Civil: DIEZ Lucio.

Fecha de Nacimiento: 11/02/1913.

Lugar de Nacimiento: Villamondrín de Rueda — Provincia de León — España.

Fecha de Profesión: 15/08/1930.

Fecha de Defunsión: 10/07/1982.

Estable 1913 – 1982.
Nacimiento: 11.02.1913 — Villamondrín de Rueda — Provincia de León — España.
10.10.1924: Junior en Venta de Baños.
12.06.1926: Idem/San Francisco Javier.
14.02.1929: Postulante/Santa María.
15.08.1929: Toma de Hábito.
15.08.1930: Primera Profesión.
11.01.1936: Profesión Perpetua.
08.01.1954: Votos de Estabilidad.
24.10.1931: En Argentina.
Mayo 1961: Transf. Provincia de León.
Actuación en Argentina: ….. 26 ½ Años.
Profesor ….. 26 ½ Años.
1961/1982: En España, se desconoce dónde.
Fallecimiento: +10.07.1982 — Gijón — 69 Años y 53 Años de Hermano Marista.

DIEZ, Lucio, es leonés de provincia, y originario de Villamondrín de Rueda. Es de los pocos nuestros que ha sido maestro como su padre, Don Macario. Doña Teresa Maraña, su madre. En fecha de confección de la ficha provincial, había fallecido ella. La casa paterna seguía siendo en Villamondrín. Por el mismo documento sabemos que llevó a cabo su Segundo Noviciado en el primer turno de 1951, que inicia en febrero. Sólo contamos con un testimonio. Es de quien fue Director en el Instituto Peralta Ramos, el Hno. Teófilo Senosiain. Es éste: Tenía un ascendiente impresionante sobre los alumnos. Excelente profesor: respetaba, lo respetaban, y un poco lo temían. Una palabra, un gesto, una mirada bastaban para poner orden y disciplina.
Muy querido por los exalumnos, con quienes trabajó como asesor. Sorpresivamente, pese al prestigio que tenía en la Feliz, cambió de Provincia. ¿Por qué? Sólo Dios lo sabe.” Pequeño, algo gordito, su nariz un tanto prolongada, le daban un cierto perfil de un envase en el que se comercializaba la soda. El casi desaparecido sifón. No dejaba de nombrárselo como “Sifoncito.” Lo poco que lo traté, me permite afirmar que era persona de excelente carácter y muy buen talante.

Presentamos La Cuadrícula De Sus Misiones:
—VIII-19’30/X-1931, Grugliasco ….. Escolástico.
—1931/1933, Luján ….. Escolástico.
—1934/1935, Noviciado ….. Profesor.
—1936, Jáuregui ….. Profesor.
—1937/1950, Mar del Plata ….. Profesor.
—1951, Grugliasco ….. II Noviciado.
—IX-1951, Jun. Mayor ….. Profesor.
—1952, Luján ….. Profesor.
—1953/1959, Mar del Plata ….. Profesor.
—1960, Mendoza ….. Profesor.
—XII-1960 ….. Visita de familia.
—V-1961, Provincia de León ….. Transferido.

Para este marista que dedicó casi 27 años de su vida fiel, a la juventud Argentina desde su pertenencia a la Provincia Marista Argentina, consideramos que es muy poco lo que podemos ofrecer. Si alguno de nosotros, que lo haya conocido, nos alcanza su testimonio, le quedaremos sumamente agradecidos por poder hacer las cosas con mayor justicia y reconocimiento.

Voto De Estabilidad En El Año Mariano Universal 1954.
Siempre, siempre agradeciendo al Hno. Agustín de la Hera. En la ocasión, el envío está fechado en España en diciembre de 1998, día 12. Nos alienta la calidad y abundancia del material que envía. Todo el espacio que sea necesario en este trabajo de NOS PRECEDIERON.

Fraterna, cristiana nostalgia en esta rememoración. ¡Lucio! No sé si te marchaste como un hijo pródigo, o te llevó la brisa florecida en canciones, o, a lo mejor, te fuiste a conquistar luceros, o, acaso, no has venido de la estrella en que vives. Pero yo sé que existes.
Siento por ti la amable nostalgia de quererte, sin conocer tu alma, que tiene que ser buena, como el alma de todos los hijos del Buen Padre.
No pregunto a la luna, la hermanita que tiene cabellos de plegaria, ni pregunto a la brisa, la hermanita pequeña que besará tu frente todas las noches, lejos.
Porque yo sé que un día has de venir —¿de dónde?— con tus brazos abiertos locamente al abrazo.
Al abrazo marista, con las tres violetas en el pecho luminoso. Con la frente y los ojos, la boca y la sonrisa, todo nuevo, muy nuevo…

Conocí a LUCIO hace muchos años y con él viví —y conviví— algunos tramos de la vida marista: en el Postulantado de Luján (profesor), en Mar del Plata y Orense.
Sí, hoy quisiera expresar la impresión que me afloró de esta larga amistad, cuando el alma duele todavía y se resiste a la avasalladora y recia realidad de su muerte, diría que Lucio fue un hombre cabal, un religioso que supo decir que sí.
Que supo y quiso. Que es más y más difícil.
Hombre abierto, dado a la amistad, quiso hacerse a todo y a todos, en una —aparentemente fácil— entrega a la vida y a la gente, sin condiciones ni medida. Se adelantaba, incluso a la petición del favor. Y, siempre, sin contrapartidas ni reservas.

Encontraba el hueco oportuno, por ocupado que estuviese para tender la mano, segura siempre, y para la ayuda que de él se esperaba. Supiste decir sí, querido Lucio. Y quisiste decirlo en tu vida marista. Siempre. Ese fue y es para mí el recuerdo más noble y pugnaz de tu existencia, que va a acompañarnos limpio y acuciante, a cuantos te conocimos.
Recuerdo hace ya muchos años, al coincidir los dos en el Colegio Santa María de Orense, al comentarle que iba aquella tarde a unos grandes almacenes para comprar algunos trebejos electrónicos, encargados por algunos amigos, me dijiste: “No vayas allí, es muy caro todo. Yo iré contigo a unos bazares y lo compraremos mucho más barato.” Y se pasó la tarde entera conmigo. de tienda en tienda, regateando los precios. “Costumbres de mis años de experiencia —decía él— si no te engañan” – hasta lograr unos precios excepcionales. Yo sabía lo ocupado que estaba con sus clases de francés, la bella “langue de Molière”, como decía sonriente.

Pero, a pesar de mis reparos y repetidas protestas, Lucio se empeñó en acompañarme. Sin duda, aquella noche, haría horas extraordinarias para compensar la tarde de compras.
Al leer, emocionado, en la homilía del funeral, la carta que Lucio había entregado para dar su consentimiento, antes de la revisión médica, señalaba la oración, petición que Lucio hacía a Nuestra Señora del Rosario, arraigada devoción en Villamondrín de Rueda: “Madre, enséñame a decir amén”.
Es cierto, Lucio. Sólo los que se dan al SEÑOR con absoluta e incondicional generosidad, saben decir y quieren decir siempre sí a sus hermanos los hombres. Como tú.
Un don que valoramos y admiramos en él, fue su personalidad marista. Fue siendo joven cuando conoció a los Maristas en Venta de Baños y, más tarde, en Grugliasco y en el Noviciado de Santa María (Italia), recibiendo de ellos afecto, ayuda y orientación. A partir de entonces quedó cautivado por la persona y el espíritu de Marcelino Champagnat.
Todos los valores maristas se apoderaron de su alma como en tropel y, desde entonces, toda su vida creció y se proyectó en marista. Supo llevar con fe y esperanza la pesada cruz de su enfermedad, que le unieron en la contemplación de Cristo crucificado y resucitado. Por eso su oración cotidiana:

“Dame a Ti, Padre Bueno, para que yo te lleve escondido en el pecho como un sol. Dame a Ti, para que cuando junte mis manos con ternura pueda decir: Mi Padre está en mi corazón…”

La devoción a la Buena Madre la llevaba en su interior y la hacía vivir a los jóvenes. Durante el Mes de las Flores y en la oración de los sábados desbordaba su corazón en alabanzas a la Virgen. Solía cantar su canción favorita: ¡Oh Virgen más pura!
Cuántas veces exclamaba: “Madre, que en mi oración esté siempre florida la palabra nueva.”
Los niños y los jóvenes aparecerán en todos los planos como apareció en el último momento del sepelio aquel joven con su ramo de flores para darle el último adiós.
¡Cuántas veces, recogido en el rincón de la Capilla, rezaba muy recogido su oracioncita, escrita con letra versal en el reverso de la estampa.

¡Señor! Por las sendas de la vida y las trochas de la gracia, me has de llevar peregrino por las azules distancias; pero siempre de la mano al paso de tu sandalia.

Y al final, un mes de julio de 1982, después de un paseo por la playa gijonense, en sus brazos se lo llevó una tarde nuestra Hermana la Muerte por floridos senderos.
Lucio, un abrazo. Hasta siempre. Adiós…

Agustín de la Hera:
Desde su traslado definitivo a España hasta su deceso, ejerció de profesor en Orense. O sea desde 1961 a 1982. Fallece en Gijón, en casa de la sobrina, a la vuelta de pasear por la playa. + 10 de julio de 1982. Fue enterrado en León. Sus restos descansan hoy en el panteón de la Residencia de Tuy.
Diplomado en Francés en la Escuela Central de Idiomas, Madrid: 6 de diciembre de 1961. Auxiliar de Letras.
Su último año en nuestro Noviciado como profesor, 1935, fue postulante el Hno. Agustín, quien hace notar que eran 14 postulantes. Profesó a perpetuidad en Mar del Plata, el 11 de enero de 1936.

Algunas Precisiones Más:
Desde su traslado definitivo a España hasta su deceso, ejerció de profesor en Orense. O sea desde 1961 a 1982. Fallece en Gijón, en casa de la sobrina, a la vuelta de pasear por la playa. + 10 de julio de 1982. Fue enterrado en León. Sus restos descansan hoy en el panteón de la Residencia de Tuy.
Diplomado en Francés en la Escuela Central de Idiomas, Madrid: 6 de diciembre de 1961. Auxiliar de Letras.
Su último año en nuestro Noviciado como profesor, 1935, fue postulante el Hno. Agustín, quien hace notar que eran 14 postulantes. Profesó a perpetuidad en Mar del Plata, el 11 de enero de 1936. Desde su traslado definitivo a España hasta su deceso, ejerció de profesor en Orense. O sea desde 1961 a 1982. Fallece en Gijón, en casa de la sobrina, a la vuelta de pasear por la playa. + 10 de julio de 1982. Fue enterrado en León. Sus restos descansan hoy en el panteón de la Residencia de Tuy.

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