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HNO. EMILIO SERAFIN

Nombre Civil: Louis Emile Robin.

Fecha de Nacimiento: 17/07/1895.

Lugar de Nacimiento: Châteauroux — Francia.

Fecha de Profesión: 08/09/1911.

Fecha de Defunsión: 15/06/1927.

Profeso Perpetuo 1895 – 1927.
Nacimiento: 17/07/1895 — Châteauroux — Francia.
24/01/1909: Llega a Buenos Aires como Junior.
08/09/1911: Primeros votos.
Actuación: Marcos Juárez, Mar del Plata, Champagnat, Luján, Mendoza.
Internación en Cosquín.
Director en Rosario, San Luis y Morón.
Luego del 2º Noviciado, Director del Juniorado de S. Paul.
1927: Director del Escolasticado (Luján). En junio, operación.
Fallecimiento: +15/06/1927 — 32 Años.

Louis Emile Robin, había nacido en Châteauroux, población próxima a la ciudad de Embrun (Hautes Alpes.) Su padre, Louis Victor, era albañil. Su madre, Rosalie Mottet.
Ingresa en el Juniorado de Mondoví. Con el segundo grupo de juniores parte para Argentina, a donde arriba el 24 de enero de 1909. Presididos por el Hno. Constancien, Provincial de S. Paul, son 11 juniores y 10 Hermanos.

Siendo Maestro de Novicios el Hno. Honoratus, ingresó al Postulantado el 8/ 3/1910. Revistió el Hábito Marista el 8 de septiembre siguiente. Primeros votos el 8/ 9/1911. Poco tiempo hizo un como informal Escolasticado, ya que aún no había sido creada esta etapa formativa. Fueron sus destinos: Marcos Juárez (parte en el colegio y parte en el Juniorado, instalado provisoriamente allí en 1912), Mar del Plata/ 1913-1914; Champagnat/1915-1916; , Luján/1917; Mendoza: hasta abril 1918 (sic) y vuelta a Marcos Juárez en 1918 hasta mayo de 1919.
Al poco tiempo, tuvo los primeros síntomas de la enfermedad, tan frecuente en nuestros orígenes como Provincia, que obligó a internarlo en el sanatorio “Santa María”, de Cosquín, hasta enero de 1921.Fue como el Superior, dentro de lo que cabe, de los Hermanos ahí internados. Parcialmente repuesto, pasó unos meses de descanso y convalescencia en Luján. Al terminar el retiro anual, fue nombrado Director del C. S. José (Morón), de reciente fundación. Su presencia abarcó los años 1921-1922. Se le encargó la fundación del Colegio Nuestra Señora del Rosario, siendo su primer Director/1923.

Al asumir el establecimiento el Distrito de León, recaló como Director del Colegio San Luis/1924, unos meses, ya que hizo el 2do. Noviciado (20 de febrero a 20 de agosto/1924, s/EdF, abril 1924,p.12.). Una vez terminado, asumió la dirección del Juniorado de S. Paul hasta febrero de 1925, al ser enviado al Juniorado de Mondoví quien ejercía el cargo. De regreso, fue Director del C. San Luis/1925-1926. Al recrudecer su enfermedad, y buscando para él vida menos agitada, fue nombrado Director del Escolasticado a principios de 1927, siendo su ad látere el Hno. Pablo Rafael. Debió ser operado de apendicitis en el Hospital de Luján, en junio.(No de ‘’pequeña úlcera’’,como se dice en ‘’Biografías”, pág.23.)

Leemos En ECOS DE FAMILIA:
“En forma imprevista, a raíz de una sencilla operación de apendicitis, cuando creíamos conjurado todo peligro, un flaqueamiento del corazón puso fin a los días de nuestro virtuoso y muy querido Hno. Emilio Serafín.” (Cf.núm.3 ;julio1927,pág.s/n.).Hubo de ser administrado sacramentalmente, siendo atendido por el Padre Capellán de la Villa. Después de recibir la santa Unción, tres Hermanos reunidos en torno a su lecho —uno de ellos era el Hno. Hugo, Director del Juniorado— principiaron el rezo de la “Recomendación del alma” y las letanías de los agonizantes. Al llegar al pasaje “ Sal, alma cristiana…”, se descompuso y se le oyó decir: “Jesús, José y María.” Falleció enseguida. Eran las 8.20 a/m del día 15. El cronista afirma, al referirse al lapso anterior a su descompostura y deceso: “Suponemos que muerte tan repentina obedeció a un ataque de peritonitis, ya que el doliente contestó a todas las oraciones y sonreía a quienes lo rodeaban.”

Esa misma mañana fue velado en la capilla de la Casa Provincial. Todos sus moradores se sucedieron para orar ante sus despojos mortales. El 16 se celebró la Misa de Requiem. Fue acompañado hasta el panteón. Le faltaba un mes para los 32 años, con 17 de vida marista y 10 de profesión perpetua. Su biógrafo dice: “Tenía un carácter feliz, que se avenía con todos. Era condescendiente, servicial en extremo y muy abnegado. En los pocos meses que estuvo al frente del Escolasticado se conquistó la estima y veneración de los moradores de la Villa San José.
Tenemos entre sus notas el cuaderno de apuntes de su Gran Noviciado. Es todo un compendio de instrucciones de cinco meses de vida ascética.” Por su parte, en el “Lirio de San José”, el vocero de la Escuela Apostólica, con el seudónimo de “Narrator”, afirmaba lo siguiente: “ … demostró el Hno. Emilio Serafín el temple de un religioso de una pieza y las aptitudes de un educador de verdad.” (Fin de la cita tomada de su biógrafo).
En la mencionada nota de E.de F., se destacan valores de su personalidad. Algunos: ser religioso de una pieza, un verdadero marista, su dignidad de educador. Religioso sin vacilaciones. Delicadeza de conciencia, consagración total a las obras de su vocación. Director del Escolasticado, garantía de sólida formación religiosa y pedagógica.

“LA DIGNIDAD FUE SU CUALIDAD SOBRESALIENTE COMO EDUCADOR” — dice su cronista:

Testimonio del Hno. Hugo, Director del Juniorado, quien, en compañía de otro Hermano y del mismo cronista, fue testigo presencial. “ … Hno. Emilio Serafín expresó en sus postreros momentos. Después de haber invocado los Sagrados nombres de Jesús, María y José, habiéndose ausentado el H. Director de la Casa para avisar por teléfono al P. Capellán, sosteníale yo la cabeza, cuando dirigiéndome la mirada, con las últimas fuerzas, con voz fuerte y conmovedora, dijo el moribundo: , agregando con voz que se veía salía de lo íntimo del corazón: Después de dos o tres minutos añadió: Con fervor respondió a la jaculatoria: – ,y unos segundos después expiró.”
’ …abnegado y solícito hasta el sacrificio; lleno de dignidad y de distinción, pasó los mejores años de su vida en nuestra patria, sembrando en el corazón y en la mente de varias generaciones de niños argentinos el caudal de luz y de afecto que atesoraba su alma noble y virtuosa. Francés, se había identificado con nuestra vida, en el fecundo apostolado docente que para gloria de Dios y bien de nuestra juventud ejerce el Instituto Marista.’’ Cita de EL AMIGO.

Nota necrológica en “El lirio de San José”, tomo VI, julio 1927, pág. 158. Tras una introducción, publica nota del periódico LA OPINIÓN, en su deceso. Incluimos la foto.

“Rdo. Hno. Emilio Serafín. — +En Luján el 15 de junio. R.I.P.
En el breve tiempo pasado en la villa San José demostró siempre el temple de un religioso de una pieza y las aptitudes de un educador de verdad. ¡Paz en su tumba! Quiera entre tanto seguir velando desde el cielo por las obras que tanto amó.
Su nombre y su recuerdo quedarán siempre latentes entre nosotros y sus ejemplos nos impulsarán a ser cada vez más fervorosos. Copiamos del diario lujanense “La Opinión” las siguientes frases: “Después de una grave enfermedad de cuatro días, soportada con admirable resignación, falleció el 15 de agosto del corriente, a la edad de 32 años, el Rvdo. Hno. Emilio Serafín, de nacionalidad francesa, después de haber actuado de profesor en Marcos Juárez y Mendoza, de director en Morón, Rosario, La Plata, y últimamente, como maestro director del Escolasticado de la ‘Casa Provincial de San José’, donde el Instituto Marista esperaba aún grandes beneficios de su privilegiada inteligencia, pues el Hno. Serafín había dejado por todas partes la estela luminosa de sus exquisitas y delicadas virtudes religiosas, y de su talento, abnegación y sacrificio para la educación cristiana de la niñez Argentina a la cual se había consagrado desde su llegada a estas playas americanas.
Con el fallecimiento del H. Serafín, la Institución Marista pierde pues, a uno de sus destacados miembros que supo rodearse de nítidos relieves, haciéndose a la vez acreedor a la alta estima de sus educandos.
Descanse en paz el llorado educador y reciban la expresión de nuestra sincera condolencia los Hermanos Maristas, tan apreciados entre nosotros”.
Que la Virgen de Luján, en cuya Villa ha muerto, reciba su alma en la mansión de los justos.” Narrator.

Hno. Emilio Serafín, modelo de dignidad religiosa, de rectitud que no claudica, modelo de educador piadoso y abnegado.

Hno. EMILIO SERAFÍN — + En Luján, el miércoles 15 de junio R.I.P.
En forma imprevista, a raíz de una sencilla operación de apendicitis, cuando creíamos conjurado todo peligro, un flaqueamiento del corazón puso fin a los días de nuestro virtuoso y muy querido Hno. Emilio Serafín.
Por el aprecio que se le tenía, tan hondo como sincero, y por lo inesperado, su fallecimiento ha sido muy sentido por toda la provincia y por cuantos lo conocieron y trataron.
Dejando a un testigo presencial, el Rvdo. Hno. Director del Juniorado, la misión de relatar los últimos y edificantes momentos del finado, diremos en su loor lo que con toda justicia rubricarían los que lo conocieron en la intimidad: fue un religioso de una pieza, un verdadero marista, un educador lleno de dignidad.
No cabe ni mayor elogio ni más justa alabanza.

Religioso de verdad, de una pieza, fue toda su vida, sin vacilaciones en la senda emprendida. Se había dado a Dios por completo y sin reserva. De ahí su afán por la adquisición de las virtudes religiosas, por su enriquecimiento espiritual con las mil industrias que saben ejercitar las almas santas. De ahí su delicadeza de conciencia, su consagración total a las obras de su vocación.
Que en él latía un corazón muy marista y que en su espíritu supo retratar el verdadero espíritu del Instituto lo ha proclamado con su bondad, su sencillez y su modestia, de buena ley, toda su vida. ¡A él sí que se le podía mandar sin reparos y exigir sin temor! Como inferior fue siempre un modelo de docilidad, de sumisión y de respeto. Como director sabía unir la bondad con la firmeza; su juicio seguro y ecuánime le hacía proceder siempre con moderación, y aunque algo tímido por temperamento, sabía infundir y comunicar su optimismo en derredor.
La dignidad fue su cualidad sobresaliente como educador. La llevaba en su persona, en sus actitudes, en su palabra, tanto en el consejo como en la amonestación, o cuando departía amistosamente o inducía y aconsejaba.
Bajo ese triple concepto la vida del H. Emilio Serafín ha sido un ejemplo viviente y mucho anhelamos pueda tener muchos imitadores.
Su actuación al frente del escolástico, aunque breve, puso de relieve las diversas facetas de su personalidad y era una garantía de sólida formación religiosa y pedagógica para nuestros estudiantes a los que gustoso hubiera seguido consagrando sus talentos, su salud, su vida toda. Pero el Señor quiso llamarle al descanso y otorgarle el premio merecido, pues como servidor bueno y fiel había trabajado diligentemente, y en pocos años había agenciado grandes ganancias y conquistado la corona de gloria.

Dejamos la palabra al querido Hno. Hugo para relatarnos los últimos momentos del llorado Hermano: “Por justicia y por deber, y obedeciendo a una voz interior que me manda y para mi propio consuelo, he de manifestar los últimos pensamientos que nuestro amado Hno. Emilio Serafín expresó en sus postreros momentos.
Después de haber invocado a menudo los sagrados nombres de Jesús, María y José en presencia del H. Director y demás hermanos presentes, habiéndose ausentado el primero para avisar por teléfono a nuestro P. Capellán, sosteníale yo la cabeza cuando dirigiéndome la mirada, con las pocas fuerzas que le quedaban, dijo con voz fuerte y conmovedora: Pido perdón a todos los que haya podido ofender, agregando enseguida con voz que se veía que le salía de lo íntimo del corazón: Yo perdono de todo corazón a los que me hayan ofendido.
Momentos conmovedores eran para mí porque era la primera vez que asistía a una agonía, si agonía se puede llamar la pacífica muerte del verdadero justo como él.
Después de un intervalo de uno o dos minutos, haciendo otro esfuerzo añadió: Me resigno de todo corazón a la santa voluntad de Dios.
Habiéndole sugerido una vez la dulce y saludable jaculatoria “Dulce Corazón de María, sed la salvación mía”, contestó con acento de fervor: Sí, dulce Corazón de María sed la salvación mía.
Y a los pocos segundos se durmió en el Señor. Así mueren los Hermanitos de María. Hno. Hugo…

En el “Cuaderno de Anales de la Casa Provincial”, encontramos parcialmente el texto anterior, en pág. 117 – 118, y fecha 15 de juniode 1927.
La Famille, nº 3, septiembre — octubre 1919, pág. 75/77, donde constan intervenciones de corresponsales de la misma en distintas comunidades. Nuestro Hermano es corresponsal en la comunidad de los tres que se hallan internados en el Sanatorio Santa María, de Cosquín. El texto es el siguiente: “Cada uno de nosotros ha leído con el más vivo interés la muy interesante revista. Este segundo número nos ha hecho pasar muy agradables momentos. Qué gratas nos son las noticias de nuestro querido distrito, tan lleno de vida y movimiento.”

Ecos de Familia, nº 3, octubre de 1926, pág. 30, col. 1: “INDICACIONES. Los próximos exámenes. (Luego de varias observaciones, valiendo destacar aquí que los Hermanos que preparen exámenes de bachillerato se dirijan al Hno. Pedro Gabriel para recibir indicaciones, continúa así:) “Por lo que respecta a los exámenes de Comercio, el Hno. Emilio Serafín facilitará cuantos datos e informes le sean requeridos. A los Hermanos que quisieran dar exámenes de especialización ante el Instituto del Profesorado Secundario para poder enseñar determinadas materias en los cursos secundarios, se les ruega lo manifiesten por escrito, tenien do en cuenta lo que se dijo sobre el particular en el pasado número de “Ecos de Familia, pág. 20”.

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