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HNO. CLETO

Nombre Civil: Albert Marius.

Fecha de Nacimiento: 02/10/1895.

Lugar de Nacimiento: Saint – Chaffrey — Francia.

Fecha de Profesión: 08/12/1912.

Fecha de Defunsión: 28/06/1969.

Estable 1895 – 1969.
Nacimiento: Francia, 02.10.1895.
24.01.1909: Junior, en Argentina.
19.03.1911: Postulante.
08.12.1911: Toma de Hábito.
08.12.1912: Primera Profesión.
1913: Escolástico.
10.01.1918: Profesión Perpetua.
13.01.1935: Votos de Estabilidad.
Enero/1952: Cambia de Provincia: Saint Paul.
Actuación: 39 Años.
Profesor: 39 Años.
1952 – 1969: Argel y Marsella.
Un ataque de hemiplejía en Argel, obligó a su traslado a Marsella.
Fallece en Marsella: +28.06.1969 — 74 Años.

MARIUS, Albert, es originario del poblado de Saint – Chaffrey, en el departamento de los Altos Alpes. François, su padre. Marguerite Rey, su madre. Todavía en los años de las dificultades congregacionales propias de Francia, ingresó en el Juniorado establecido en Italia. En el copete cronológico podemos seguir sus pasos y los momentos más importantes de su vida. La grilla que sigue nos anoticia con más detalle en cuanto a sus obediencias en la Provincia Marista Argentina, a la que brindó 39 magníficos años en su entrega a los alumnos mayores de nuestra Enseñanza Secundaria. Los años establecen fecha de ingreso a tal labor y lugar y permanencia en ellos.

EL DOCENTE TÍPICO PARA QUINTO AÑO. DIGNIDAD, SERENA ACTITUD, ACENTUADA POR UNA CABELLERA TEMPRANAMENTE BLANCA. PERMANENTE IGUALDAD DE ÁNIMO Y CONTROL. PRESTIGIO DESTACADO. MUY INTELIGENTE. EXCELENTE PROFESOR DE MATEMÁTICA Y DE QUÍMICA. TESTIGO EVANGELIZADOR EN EL CAMPO DE LA EDUCACIÓN. ¡GRAN MARISTA!

No hemos encontrado texto alguno sobre nuestro biografiado en la revista LUJÄN. Y en el trabajo mecanografiado de biografías, apenas una notícula de 11 renglones. De ésta hemos transcripto lo que sabemos de sus años en Argelia y su traslado a Marsella, donde falleció.
Entonces, cabe la pregunta: ¿ de dónde se ha obtenido el encomioso texto que sigue a la cronología inicial ? Algunas mentas, poco, de lo oído a Hermanos que lo han conocido. Sí, y sobre todo, de lo que he oído de él en Mendoza, donde lo tuvieron como profesor en 5º año tanto mi hermano Julio como algunos primos hermanos míos. Tenían del H. Cleto un concepto muy alto. Les he oído hablar muy bien de él. A falta de nada mejor, que no poseemos, valgan algunos recuerdos de testimonios recibidos de estos jóvenes de mi familia.

A mi hermano, aparte del permanente buen recuerdo que le tenía, le he oído la influencia del H. Cleto ( “ el Cleto “, como era habitual en Mendoza al nombrar a los Hermanos ) en la carrera profesional de un compañero suyo, el “gordo” Gatti. Es bueno saber que, también después y por años, hacía lo que digo ahora, como previo al hecho fundamental de referencia. Cuando iba en tranvía, al ver a uno de los Hermanos que caminaba por la vereda de la calle San Martín, y más si era Cleto, por la ventanilla gritaba con fuerza: “ ¡¡ Adiós, Hermano !! “ No le gustaba el estudio. Pero su padre tenía grandes ilusiones de ver al hijo recibido de dentista y ejerciendo la profesión. El hijo, no compartía mucho la ilusión. Y la falta de entusiasmo venía haciendo crisis durante su 5º año.

Llegó a tanto, que un día, al salir los 15 alumnos en fila serena del colegio por la entrada principal de San Martín, 861, el titular le hizo seña de que lo esperara en el gabinete, creo que de Química. Luego de despedir al curso, Cleto se dirigió allí. Reconvino con fuerza a Gatti por su displicencia para con su padre, con mucha fuerza, y terminó aplicándole un tortazo, que dio con él contra la mesada, antes de contactar el suelo. Este remedio es actualmente impensable. Pero fue santo remedio. Noble de alma y nada zonzo para el estudio, reaccionó y finalizó su bachillerato, con la tanda de 1936. Pero, permite, lector, que te cuente el final de la historia. Es el caso que el Sr. Gatti obsequió a su hijo el gabinete de odontólogo. Se diplomó (atención que era muy caro para una familia: sus hijos estudiaban en Córdoba, Bs. As. o La Plata…) y ejerció como tal nuestro exalumno. Los años hicieron que su buen padre dejara este mundo. ¡ Gatti jr. había cumplido ! Fue ahí cuando dejó la labor odontológica y se dedicó a lo que era su fuerte inclinación: se dedicó al comercio.

En 1943, mi primo Horacio cursaba 5º año y yo, Primero. Saliendo juntos una vez del colegio, me contó esto. Había estado ausente un día de prueba de Química. El Hermano lo citó después de hora. Ya en el aula, le dejó los ejercicios y se retiró. Mi primo, como movimiento primero, pensó en consultar el texto y obtener truchamente una buena nota, total, ¡el Cleto no estaba ! Fue ahí cuando entró a tallar la conciencia…¡ hacerle eso a un hombre tan bueno y tan digno que, encima, le daba la confianza de irse en tal ocasión ! “Cómo le voy a hacer eso al H. Cleto”, pensó. Y no se copió.

Dejó un muy alto prestigio de persona virtuosa, de marista fiel, de docente fuera de serie. Y eso que el C. San José tenía esos años un plantel de primera en la atención de Secundaria. Pero, no confundamos prestigio con gratitud cristiana. Cuando se supo de su fallecimiento, se convocó a los exalumnos del colegio a una Eucaristía por su eterno descanso. La respuesta fue débil. (Lo he sabido por boca del H. Pablo Rafael.)
Termino: ¿no habrá sido una gracia de Dios para la juventud, el que no le hayan encontrado los Superiores cualidades sobresalientes para cargos, y que nunca lo hayan nombrado (que se sepa)? Tanto de ganado para nuestros jóvenes…!(2)

Con particular aprecio transcribimos el testimonio del Hno. Emilio Garione, fechado en Luján el 2 de junio de 1998. De nuestro difunto carecíamos de todo testimonio. Casi lo único que nos valió, en la carpeta 4, fueron mis recuerdos de familiares que fueron alumnos suyos en el 5º año de Mendoza. Esto, tan poco, acrecienta el valor de esta nueva acción testimonial del H. Emilio, tan adherido a recordar a nuestros difuntos y, así, colaborar con la tarea de trazar sus biografías. ¡Dios se lo pague, Hermano Emilio! Dice así:
“Al querido Hno. Cleto (Monsieur Marius Albert) lo conocí en junio de 1931 en el Juniorado de Gas-sino (Ita-lia), y fue así: antes de volver él a la Argentina, después del 2º Novicia-do que hizo en Grugliasco (Italia), vino a pasar unos días en nuestro Juniorado para saludar al querido Hno. Martino (Zimei) y al Hno. Enrico María (“Padre Bordet”). Durante esos días nosotros estábamos de exámenes anuales en el Juniorado, y el querido Hno. Cleto formó mesa para examinarnos en Física. Desde un principio me agradó su modo de ser, pues lo noté muy amable y bueno. Va sin decir que rendí mi examen en francés. Ya lo hablaba muy bien, porque me tocó estudiar allí en 1930 con los juniores suizos. Todavía se hallaban en el Juniorado antes de que éste pasara a depender definitivamente de la Provincia Marista Argentina.

El 19 de agosto de ese mismo 1931, nos embarcamos para Buenos Aires 4 juniores de Gassino, todos italianos. Con nosotros se embarcó también el H. Enrico María para acompañarnos hasta Barcelona. Con nosotros también viajó un ex juniorcito español que iba a ser devuelto a su familia por carecer de vocación. El H. Enrico lo acompañaría a su casa en España.
En Barcelona subieron a bordo los Hermanos Cleto y Marcelino (ambos franceses, acababan de hacer el 2º Noviciado en Grugliasco. Con ambos salimos de Barcelona el 21 de agosto, rumbo a Buenos Aires. Fue durante ese viaje cuando pude conocer y apreciar mucho al querido H. Cleto, quien durante el viaje se hacía llamar Monsieur Albert, pues viajaba de civil hasta Buenos Aires. Recuerdo con cierto lujo de detalles cómo nos quería, cómo jugaba con nosotros, siendo yo el encargado de ponerle la corbata cada día, porque se ve que él no lo sabía hacer, sobre todo tratándose del nudo, cosa que le resultaba bastante complicada.
Durante todo el trayecto se mostró más un “papá” que un Hermano en función de docente Durante todo el trayecto se mostró más un “papá” que un Hermano en función de docente con todos nosotros. Muy amable y delicado en el trato, siempre sonriente y de buen humor, chistoso y comprensivo. Cuando tuve que privarme de su presencia, ya en Luján, todas las veces que podía iba a visitarlo al colegio N. S. de Luján, pues allí fue destinado hasta finalizar el año, siendo luego destinado al colegio San José de Mendoza. Dios quiso que lo volviera a encontrar en 1950, siendo él Vicedirector y yo titular de 7º grado. Durante ese año de 1950 pude admirarlo más de cerca, pues yo ya era “un mocito” de 34 años. Me preparaba para ir a Italia a fin de año. Visitaría a mis seres queridos y haría el 2º Noviciado en Saint-Quentin-Fallavier, Francia. Muy prestigiado profesor de Química en Mendoza.

Doy fe de que el H. Cleto era un Hermano Marista cabal: buen religioso, excelente profesor, eximio educador, muy querido y apreciado por todos, sobre todo por sus queridos exalumnos, que lo venían a visitar y consultar a diario en el mismo colegio. Siempre muy afable y de fácil trato con todos. Creo poder afirmar que nunca tuvo enemigos… y, sí, muchos, muchísimos amigos que lo apreciaban entrañablemente.

Personalmente sentí mucho cuando se alejó de nuestra Provincia para volver a Francia, su patria nativa, y seguir dedicando sus últimas fuerzas a nuestra misión de educadores. Lo lloré cuando, años más tarde, supe su fallecimiento en una de nuestras casas maristas de Francia.
Es de justicia y una obligación moral que lo recordemos los de la Provincia Marista Argentina, colocándolo con los de “primera fila” entre los que fallecieron fuera de nuestra querida Argentina.

Con estas pocas y pobres palabras me es sumamente grato el poder recordarlo con este pobre escrito que me brota del corazón.
Querido Hno. Cleto, que tu bella alma y tus excelsas virtudes maristas nos estimulen para seguir tus silenciosos ejemplos de Educador – Apóstol. ¡Que así sea!

Este gran Hermano, excelente religioso y muy destacado docente, relevante en la conducción de los alumnos mayores – especialmente el grupo terminal, quinto año del Bachillerato – tuvo una gran presencia entre las familias mendocinas a través de su acción con los jóvenes mencionados. Mi hermano Julio le profesaba un enorme recuerdo, así como también algunos primos de mi familia. Me siento particularmente gratificado por esta tarea de recoger, en nuestras revistas provinciales, las citas que se refieren a él y volcarlas en la presente carpeta, la número 31 de NOS PRECEDIERON. Veamos.

LA FAMILLE, nº de 1920, pág. 162 Se hace saber que ha sido nombrado para el colegio de Luján.
ECOS DE FAMILIA, mayo 1931, pág. 187, donde se lee que, llegado a Grugliasco el mismo día de la apertura de los Ejercicios, se dedica con ejemplar fervor en las importantes tareas del segundo noviciado. En el primer turno, que iniciaba en febrero. Y en pág. 189, donde se deja constancia del éxito de los 68 Hermanos que se presentaron a exámenes de Aptitud Pedagógica. Y se lee a continuación: “Dejamos gustosos constancia de la meritoria labor desarrollada por los HH. Veremundo, Valero y Adriano Emilio en la preparación de ese examen.

Queremos también señalar la ímproba tarea llevada a cabo por el Hno. Luis Marcelino en los cursos teórico – prácticos de ciencias experimentales, secundado eficazmente por los HH. Cleto y Félix Valentín.” Y así fue siempre, el H. Cleto era “camiseta puesta” como profesor de los Hermanos en los cursos estivales.
Mayo 1942, pág. 32. Se lo destaca como decano del Curso del Verano 1941 – 1942, cuyo Director es el del C. M. Belgrano, Hno. Enrique (Fernández).
En junio 1943, pág. 10, figura entre los numerosos corresponsales locales para nuestra revista.
Abril 1944, pág. 7. “El Curso de Estudios de Luján duró 28 días. Participaron en él unos 70 Hermanos jóvenes, quienes se inscribieron en distintos cursos dictados por 15 abnegados Hermanos Profesores.” Entre ellos, nuestro biografiado. Esta presencia suya se reitera en los siguientes casos: abril 1945, pág. 13; abril 1946, pág. 10; abril 1947, pág. 9 y mayo 1949, pág. 7. ¡Un servidor capaz de la cultura docente de nuestra Provincia!

Octubre 1944, pág. 123. En este capítulo de HISTORIA DE LA PROVINCIA, leemos la siguiente cita: “Al respecto leemos en el Bullein de l’Institut, Nº 2, marzo de 1909: “El Rdo. Hno. Constancien, Provincial de Saint-Paul-Trois-Châteaux, se embarcó el 3 de enero, rumbo a la Argentina, en la que visitará el Distrito, en calidad de Delegado del Rdmo. Hno. Superior General. Lleva consigo a los Hermanitos (nombra a 7), además de 11 juniores.” Entre estos últimos se hallaban los hoy HH. Antonio Benigno, Bruno Casimiro, Cleto y el siempre recordado Hno. Emilio Serafín.” Desde 1909 en nuestro país.
En diciembre 1952, pág. 72, se anuncia su próximo embarque con destino a Francia, en visita de familia. Creemos que fue su partida definitiva de nuestra Provincia. En efecto, leemos:

Junio 1953, pág. 196: “Argelia: El H. Cleto, que por tantos años ejerciera su apostolado en nuestra Provincia, ha sido destinado a la ‘École Saint Charles’, de Argelia, donde actúa como Prefecto de estudios. El establecimiento cuenta con unos 300 alumnos, atendidos por dos Hermanos y un grupo de profesores civiles.”
Septiembre 1953, pág. 233. Ocho Hermanos franceses que han ejercido su apostolado en nuestra tierra, escriben una carta desde Saint Paul, en adhesión a las Bodas de Oro de la Provincia. Son los HH. Donateur, Joseph – Perpétue, Bruno Casimiro, Cleto, Eufrasio, Demetrio León, Néstor Juan y Román. Extractamos: “Con el júbilo y la sincera alegría de las recordaciones familiares, nos asociamos a la celebración del magno acontecimiento, y les hacemos llegar nuestra cordial y fraterna felicitación.

La expansión católica de la Congregación, hace que hoy más que nunca “todo nos una y nada nos separe”; su regocijo y entusiasmo espiritual nos alcanza, pues, por igual, en esta circunstancia prominente. Imploramos la maternal protección de nuestra Madre de Luján, sobre las actividades que acreditan la lozanía de esa parcela del Instituto, y sobre cada uno de los buenos Cohermanos con quienes militamos los combates del Señor. El celeste valimiento de los Hermanos cuyos cuerpos descansan en paz, y cuyas vidas enaltecemos, les sea propicio. Que su memoria bendecida por muchas generaciones, sea un estímulo eficaz para una feliz continuación de las obras que nos legaron, y que ellos soñaron grandes y prósperas. Aquí, sobre las tumbas de los HH. Marie-Charles, Constancien, Pergentinus, Castorien y Junion, hemos rezado por los intereses de la Provincia Argentina.” Antes de despedirse, hacen un repaso de la situación de estos mismos Hermanos firmantes, que han compartido la historia marista argentina.

En la revista LUJÁN, creemos que es el número de agosto 1969, en página 9, encontramos, demasiado modestamente, la novedad de su partida al Padre:
“DEFUNCIÓN. Nos ha llegado la noticia de la defunción del estimado Hno. Cleto. Roguemos por su alma.” Posteriormente no hemos hallado otra referencia.

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