Nombre Civil: Santiago Cirilo Mackinson.
Fecha de Nacimiento: 29/03/1905.
Lugar de Nacimiento: Rojas — Provincia de Buenos Aires — Argentina.
Fecha de Profesión: 01/01/1921.
Fecha de Defunsión: 25/08/1978.
Profeso Perpetuo 1905 – 1978.
Nacimiento: Rojas 29.03.1905.
04.10.1918: Junior en Luján.
06.06.1920: Postulante.
01.01.1921: Toma de Hábito.
Nombre: H. Cirilo Bernardo.
01.01.1922: Primeros votos.
22.01.1928: Votos perpetuos.
Actuac.: 1923 – 1976= 53 años.
Maestro ….. 7 a.
Celador ….. 2 a.
Profesor … 44 a.
1977: Enfermo en V. San José.
+ 25.08.1978 73 años.
… el amor es un peso que inclina el corazón.
El de Bernardo, educador por vocación, se inclinaba hacia cuantos habían pasado por sus aulas…
MACKINSON, Santiago Cirilo, fue rojano, de Rojas, en la provincia de Buenos Aires. Don Eduardo, su padre, fue estanciero. Falleció en 1944. Su madre, Doña Luisa Isabel Morán, vivía al confeccionarse la ficha provincial, que tenemos delante. En esa misma época, figura como domicilio de los padres la calle Nueva York, 3640, en la capital, con teléfono nº 50 – 3764. Y el de su hermano Alfredo, en Vidt, 2197; teléf. 80 – 5702.
En cuanto a su documentación, carece de Cédula de Identidad que conste. Libreta de Enrolamiento, sí. Región II, Distrito Militar 14.
Habilitaciones docentes: Primaria: TÍTULO ELEMENTAL DEL MAGISTERIO/1926; APTITUD PEDAGÓGICA/1956. Secundaria: RESOLUCIÓN MINISTERIAL/1930; TÍTULO SUPERIOR DEL MAGISTERIO/1933.
Una anécdota para recordar. que contó a varios Hermanos ayer (29.07.’98) en Pilar el Hno. Filogonio, participante. Bernardo había hecho el Gran Retiro, preparatorio a la profesión perpetua. Impensadamente, el Hno. Provincial, Sixto, le exigió hacer también el habitual de cada año, como necesario para acceder a la profesión perpetua. No se avenía a esta exigencia. Tires y aflojes… Don Eduardo, su padre, le tenía ofrecida una estancia en Salto Argentino. Posiblemente, era por si la condicional exclusiva no tenía retroceso: “No retiro, no profesión. .” En esos días, ambos hermanos habían quedado en juntarse en el pequeño parque aledaño al Tiro Federal de Luján. Algún pitillo se iba en humo en esos casos.
Y Filogonio, alertando:
” Bernardón – o, Che, Inglés- ahí está tu viejo….!” Lo había encontrado en el puente del colegio. Lo estuvo entreteniendo. Don Eduardo: “¿Qué pasa con mi hijo, me lo quieren meter en invernadero..?” Ya la cosa más seria, con el Hno. Sixto: “Mi hijo no necesita, en mi casa tiene para vivir.” Y, dirigiéndose a su hijo : “Te llevo, o ¿querés quedarte con los Hermanos?” “No, me quedo con los Hermanos.” Terminando, Don Eduardo: “Te quedas, pero no te quejes.” Así fue: se quedó y perseveró.
Muchos pensamos que el H. Jesús Des L. ha sido el más ilustre de nuestros escritores biográficos. Lo que ha dicho para el Hno. Bernardo Mackinson, es de lo mejor de lo mejor.
Luego de decir que biografiar es, ante todo,marcar unas pinceladas principales, y que luego las demás son complemento, el H.Jesús entra en el tema del querido Mackinson. Lo del poeta es para dar un ejemplo de pincelada
Continúa el H. José del Valle. Esta vez es una anécdota para recordar de este gran amigo suyo.
“Bernardo había hecho el Gran Retiro, preparatorio a la profesión perpetua. Impensadamente, el Superior Provincial, Hno. Sixto, le exigió hacer también el habitual de cada año, como condición para acceder a la consagración definitiva. No se avenía a esta exigencia. Tires y aflojes… Don Eduardo, su padre, le tenía ofrecida una estancia en Salto Argentino. Posiblemente fuera por si la condicional exclusiva no tenía retroceso: “No retiro, no profesión perpetua.” En esos días, ambos Hermanos habían quedado en juntarse en el pequeño parque alertando, “Bernardón, o Che Inglés, ahí está tu viejo…” Lo había encontrado en el puente del colegio. Lo estuvo entreteniendo.
Don Eduardo: “¿Qué pasa con mi hijo, me lo quieren meter en invernadero…?” Ya la cosa más seria, con el Hno. Sixto: “Mi hijo no necesita, en mi casa tiene para vivir.” Y, dirigiéndose a su hijo: “¿Te llevo o querés quedarte con los Hermanos?” – “No, me quedo con los Hermanos.” Y, terminando, Don Eduardo: “Te quedas, pero no te quejes.” Así fue: se quedó y perseveró.”