Nombre Civil: Arsenio Ramos Cebrián.
Fecha de Nacimiento: 16/05/1921.
Lugar de Nacimiento: San Cristóbal de Osornillo — Palencia — España.
Fecha de Profesión: 02/02/1940.
Fecha de Defunsión: 23/01/1987.
Profeso Perpetuo 1921 – 1987.
Nacimiento: España, 16.05.1921.
14.09.1933: Junior en Carrión de los C.
01.09.1935: Llega. Junior en Luján.
08.03.1938: Postulante.
25.01.1939: Toma de Hábito.
02.02.1940: Primera profesión.
08.01.1946: Profesión perpetua.
Actuac.: …………………………..45 a.
Maestro ……………..40 ½ a.
Estud. superior….. 2 a.
Celador ……………. 1 a.
Retirado ………….. 1 a.
Fallece en Luján – 23.01.1987.
65 a. 48 de vida marista.
“… la lágrima que arranca el recuerdo de otros que ya no están, pero que han dejado el recuerdo de sus pasos y el murmullo de sus voces en los patios, en las aulas y en los corredores: los HH. Jacinto Ruesga, Arsenio Ramos… Orencio Medina…”
(Vide, de Mons. Ludovico Macnab Bernal, “Nace un colegio”. Es la historia del C. Macnab B. En página 13.)
RAMOS CEBRIÁN, Arsenio, hermano de familia del H. Santos Ramos, nació en San Cristóbal de Osornillo, Palencia, siendo sus padres, Miguel Ramos Ruiz (agricultor, fallecido en 1958) y Ángela Cebrián López, (fallecida en 1927). Para otros familiares, ver la vida de Santos. Otros extremos:
Noviciado Mayor, en Grugliasco, primer turno de 1953.
Visitas a su familia: diciembre de 1962 y de 1969.
Titulación docente: MAESTRO NORMAL NACIONAL, no constan precisiones. TÍTULO SUPERIOR DEL MAGISTERIO, 1949, para Secundaria. Arsenio ejerció en Primaria, sin excepción. Misiones – obediencias.
Veamos: 1942 a 1952, diez cambios en diez años. 1956 a 1969, ocho cambios en 13 años. Vaya Hermano tan obediente y colaborador a la organización de la Provincia. Ayúdenos el Señor a comprender el misterio de obediencia y humildad de tantos Hermanos nuestros.
Recordemos no sólo aquel episodio. Curso de Estudios de Verano de los Hermanos jóvenes. Oración de la noche en la capilla del Cgio. N. S. de Luján. Nuestro Arsenio prende todas las luces del dormitorio que los alberga. Abre todas las ventanas. Con larga caña, revuelve las hojas de los tilos del patio interno. Toda la gorrionada escapa. Como imantada, se mete raudamente por las ventanas. Tras lo cual, el travieso instigador cierra las ventanas y apaga las luces. Al ingresar el joven contingente estudiantil marista, se encienden las luces… gran gorrionada. Entrada libre y gratuita.
Sino también con qué espíritu de servicio acompañaba la labor en campamentos infantiles de verano, en Villa Marista.
Firme en las diversas actividades. Lo recuerdo en pantalón de baño apoyando en la pileta. Con qué humildad venía a almorzar a la cocina de la casa, en un rincón de la mesa, servidor de perfil bajo. Sin pretensiones ni algarabías. En el silencio, habiendo colaborado. Con mayores merecimientos, ignorados por él mismo. Tanto que ha sido observado por tantos Hermanos. ¿Habremos sido justos con él? Es que, además, lo acompañaba un halo de festividad pasiva, apto para engancharle comentarios, más pícaros que inocentes. Tanto es así, que no comprendo por qué me tenté de risa en esta coyuntura.
Asistíamos a la Eucaristía vespertina en la iglesia del Santo Cristo, Villa Lugano. Ese día habíamos vuelto de Luján, luego de la nómina del año, comunidad por comunidad. Pudo ser en febrero de 1980. Lo habían trasladado de Mar del Plata al Macnab Bernal. Me correspondió hacer las lecturas. Fuerte la gana de reír, al leer en el Salmo Responsorial: “El gorrión encontró su casa y la golondrina nido…”
Aunque muchos no lo nombráramos así, su apelativo de “Gorrión” estaba en el ambiente. ¿Habrá sido desde la gorrionada aquella, esa noche de enero en el Colegio N. Sra. de Luján?
Los hondos valores de nuestro H. Arsenio, pero también falencias, nos los pone de manifiesto la nota en la revista LUJÁN, publicada con motivo de su deceso. Es obra del H. Samuel Eutimio Merino, con quien integró comunidad en los colegios de San Rafael y Monseñor Rasore. Unos tres años en total. Redondea bien lo sugerido de su amor a los niños, y cómo sus alumnos le correspondían. Aquí está. Omitimos el principio, dicho antes.