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HNO. AMY

Nombre Civil: Francisco Leopoldo Aubert.

Fecha de Nacimiento: 26/10/1879.

Lugar de Nacimiento: Roche sur Grâne — Francia.

Fecha de Profesión: 20/01/1897.

Fecha de Defunsión: 27/01/1939.

Profeso perpetuo 1879 – 1939.
Nacimiento: Francia 26/10/1879.
Formación en Saint Paul.
20/ 1/1897: 1ros. votos. Dedicado a la granja.
19/ 9/1901: V. Perpetuos.
1903: Va a Ventimiglia.
24/ 1/1908: Llega a Bs.As. 1923: Segundo Noviciado.
Actuac: 31 años como quintero, entre las quintas del Colegio San Vicente (LaPlata) y Villa San José.
Fines de 1938: Aparecen dos grandes úlceras, que derivan en cáncer.
+ 27/ 1/1939 59 años.

Francisco Leopoldo Aubert nació en Roche sur Grâne el 26 de octubre de 1879. Sus padres, Marius y Aline Chambonce, agricultores.
El Hno. Constant, director del colegio de Grâne, lo llevó al Postulantado, St. Paul, el 7 de noviembre de 1895. Su origen de familia rural, y él mismo labrador, le impidió seguir estudios como escolástico. Toma de Hábito: 26/ 4/1896. El 25 de enero de 1897 pronuncia sus votos anuales. Como no regía la condición de año completo de Noviciado, hizo menos de ese período.

Hasta las leyes persecutorias de 1903 estuvo en la huerta de S.Paul, y los últimos cinco meses en la de Gardanne. En junio de 1903, es clausurado el establecimiento y los Hermanos se retiraron a la Casa Provincial, a la espera de la orden de desalojo. No tardó: fue conminada en julio de 1903.

En búsqueda de mejores horizontes para su fidelidad vocacional, se trasladó a Ventimiglia junto con Hermanos de más edad, con el Hno. Honorato como Director del grupo. Continuó su trabajo como quintero durante unos cuatro años. Su respuesta fue inmediata ante la invitación del Hno. Provincial. Se nos han conservado sus palabras: “ Aquí estoy, dispuesto a atravesar los mares y ser útil a donde guste la obediencia mandarme.”

Luego de despedirse de sus familiares, nuevamente bajo la dirección del grupo asumida por el Hno. Honoratus, se embarcó en Barcelona en enero de 1908 (día 3), desembarcando en Bs.Aires el 24.

En los 31 años de residencia en Argentina, sus únicos puestos de obediencia fueron el C.San Vicente y la Villa San José, desempeñándose como quintero en ambos. Hoy mismo, (27 de noviembre de 1995), comentando la vida de nuestro biografiado, los Hnos. Roberto González y Teófilo Senosiain han dado testimonio del extraordinario espíritu de trabajo del Hermano quintero de su casa de formación. A su cordial entrega incondicional en favor de sus Hermanos, no opuso obstáculo una cierta testarudez en el mantenimiento de sus ideas. Al decir esto, su cronista comenta: “La perfección no es de este mundo.”

El detalle de sus destinos es así: desde su arribo hasta enero/1912: Villa San José. De 1912 a julio 1923: San Vicente de La Plata. 1923: 2da. tanda del Noviciado Mayor en Grugliasco, hasta febrero/1924. Villa San José: hasta enero/1927. De nuevo San Vicente. Según ficha a la vista, Celador. Seguramente que también atendió la quinta. Hasta enero/1934. Villa San José: hasta enero 1939, como ahora se explica.
Por indicación médica, dejó el trabajo en los últimos meses de 1938, entrando en un período de reposo completo. A pesar de esto, se le declararon dos grandes úlceras. Primero fue la internación en el hospital de Luján, y después en el Hospital Francés de Buenos Aires.

Reingresó a la Villa algo mejor, pero fue un cambio de poca duración. Vivió un mes más al salir del hospital. A pesar de alguna transfusión de sangre que se le cumplió, fue constante el deterioro. El cáncer lo iba consumiendo. Al saber el fallecimiento del Hno. Ignace, exclamó: “”En breve será mi turno”. Efectivamente, cuatro días después entregó en paz su alma al Señor, el 31 de enero de 1939.

Ecos de Familia, noviembre 1923, pág. 19 col.1: “NUEVAS DEL HOGAR. De Grugliasco. Los queridos Hermanos Conrado, Amy y Alicio, participan las más gratas nuevas de su permanencia en el 2º noviciado y mandan saludos y afectuosos recuerdos a todos sus cohermanos. El contacto diario con los venerables primeros Superiores y la convivencia con Hermanos piadosos y fervientes, que representan en aquél cenáculo a todo el Instituto, eleva el alma y tonifica el espíritu. ¡Qué delicia sería vivir entre Hermanos fervorosos, regulares y animados del espíritu de familia! En sus cartas hacen resaltar el alto ejemplo que les da el venerado Hno. Estratónico constituido en jardinero y celoso guardián del parque por cuya limpieza vela él mismo sin desdeñar la escoba y el escardillo. El espíritu del V. P. Champagnat, para dicha nuestra, no ha muerto aún en su Instituto.”

Ecos de Familia, diciembre 1936, pág. 331, col.1. En NUEVAS DEL HOGAR: “El Hno. Amy aunque lleva un bastón, camina “con elegancia”, y trabaja con el ardor de siempre.” Figura en la nómina de Hermanos de Villa San José.

Ecos de Familia, agosto 1937 : “Nuestro Hno. Amy se muestra persistente enemigo de la gramilla y de cuanto yuyo trata de invadir los caminos: una serie de “trincheras” en el montecito de los mandarinos lo dicen a las claras: prueban su incansable labor los árboles que está sulfatando.”

Ecos de Familia, diciembre 1938, pág. 400 col. 1: “Enfermos. El Hno. Amy está hospitalizado y en observación, después de habérsele hecho tres transfusiones de sangre.”

Ecos de Familia, abril 1939, pág. 410 col. 1:
“NUEVAS DEL HOGAR NUESTROS DIFUNTOS. Nótase un vacío en la Villa San José. En la capilla y demás lugares de la casa, no se ven ya dos figuras familiares, simpáticas, tradicionales, de sencillez marista.
Con cuatro días de intervalo, el Señor llamó a mejor vida a los queridos Hermanos Ignacio y Amy. Ambos cultivaban flores, y ambos han sido trasplantados en los eternos vergeles de la gloria.

Piadosos en vida, lo fueron igualmente en la enfermedad, teniendo la dicha y el consuelo de recibir los últimos sacramentos y, con el alma santamente dispuesta, salieron de este mundo a recibir el galardón de sus virtudes.
El personal de la casa y los Hermanos del curso de vacaciones concurrieron fervorosos a sus exequias y en recogido cortejo condujeron y acompañaron los restos mortales de los idos hasta el panteón. Desde allí seguirán dándonos la lección elocuente y muda de sus hechos, de lo hinchadamente vano de las cosas de la vida, de lo transitorio de las pruebas, que no admiten comparación con el inmenos peso de gloria que Dios nos tiene reservada si le somos fieles.
R.I.P.

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