Nombre Civil: Ernesto Guillermo Brammen Knipper.
Fecha de Nacimiento: 13/06/1920.
Lugar de Nacimiento: Gladbeck — Westfalia — Alemania.
Fecha de Profesión: 29/08/1938.
Fecha de Defunsión: 17/06/2003.
Estable 1920 – 2003.
Nacimiento: 13.06.1920 — Gladbeck — Westfalia — Alemania.
1934: Junior en Recklinghausen.
Febrero 1937: Postulante.
Agosto 1937: Novicio.
29.08.1938: Primera Profesión, Furth.
1941-1945: Soldado en guerra.
07.08.1947: Profesión Perpetua, Cham/Obpf.
06.07.1951: Llegada a Uruguay.
02.02.1962: Voto de Estabilidad.
Fallecimiento: +17.06.2003 — Luján — 83 Años y 64 Años de Hermano.
Ernesto Guillermo Brammen Knipper vivió una vida con muchos ribetes inusuales en las biografías de quienes Nos Precedieron. Muy destacados son sus cinco años de soldado en el ejército alemán, especialmente en la invasión a Rusia, en el marco de la segunda guerra mundial.
Su padre, Heinrich, y su madre, Ana Knipper. Don Heinrich fue metalúrgico. En ficha no aparece su hermana religiosa. Sí su hermano Karl, con domicilio en la casa paterna, seguramente. A saber: Hardtstrassem 31. 4225 Östrich Dorsten I, Alemania. Teléfono: 02362 – 41419. Ficha en la que se adjuntaron estos datos, en 2001: Hermana y sobrino, Familia Keidel Brammen. Wacken-brucherstrassen, 112. 46485 Wesel – 1 Hay un teléfono.
Aclaraciones Y Agregados.
—En un diskette entregado por el ahora Sr. Danilo Farneda, encontramos este párrafo: “En 1990 asumirá un nuevo Consejo integrado por los Hermanos Arturo Chávez (Provincial), Luis Fernández (Viceprovincial), Ernesto Brammen, Juan Walder, Emeterio Pérez y Maximiliano Meier”. Ernesto estaba en Pando. Fue el último Consejo Provincial antes de la fusión con la provincia de Luján.
—En 1946 – 1947, cursó estudios en Straubing, en Escuela Normal. Consta en su ficha: “TÍTULOS OFICIALES DE ESTUDIOS: MAGISTERIO título de maestro normal alemán”.
—La renovación anual de votos es en variados lugares: la 1ª (VIII 1938) en Furth; la 2ª (VIII 1939) en Bairo; la 3ª (VIII 1940) en Anzuola; la 4ª (VII 1941) en Oronoz; la 5ª es después de la guerra (IX 1945) en Recklinghausen; la 6ª (VII 1946) en Cham/Obpf; y la profesión perpetua aquí mismo el 7 de agosto de 1947. El voto de Estabilidad en Montevideo, el 2 de febrero de 1962.
—Su sesión del 2do Noviciado abarcó desde agosto 1960 a enero 1961. El Maestro de Novicios, el Hno. Gregorio Fabián, y Submaestro, el Hno. Wenceslao. Lugar: Saint Quentin Fallavier (Francia).
—Curso de “Mundo Mejor”, (“Espiritualidad Dinámica”, subtitula él mismo), en Rocca di Papa, 3 meses en el año 1971.
—Visitas de familia que constan: julio – septiembre 1977 y julio 1991.
—Cédula de identidad uruguaya y pasaporte alemán.
Pasamos a los testimonios. Nuestros Difuntos. Oremos por su descanso.
Nació el 13 de Junio de 1920 en Gladbeck/Westlalen (Provincia de Westfalia, Alemania). Ingresó al Juniorado de Recklinghausen en 1934. En 1937 pasó al Postulantado en Furth/Landshut. El 29 de agosto recibe el hábito marista. Hace su primera profesión el 29 agosto de 1938. Desde septiembre de 1938 y durante el año 1939 realiza el Escolasticado en Grugliasco (Italia). En 1940 se desempeña como celador y profesor en el Noviciado de Anzuola (España). En 1941 desempeña la misma misión en el Colegio San Martin de Oronoz (España). Durante la 2da Guerra Mundial, presta servicios en el Ejército Alemán en el frente Ruso (1941-1945). Terminada la guerra regresa a la vida marista, desempeñándose en varios colegios: Straubing, Schülerheim. Mindelheim-Oberschule. En 1951 viaja a Montevideo, Uruguay para integrarse a la Pcia. Marista del Uruguay. En 1947 realiza la Profesión Perpetua. En 1953-1954 es profesor en el Colegio Zorrilla de Montevideo. En 1955-1958 es profesor en el Colegio Larrañaga de Rocha. En 1959 vuelve al Colegio Zorrilla. Luego del 2do Noviciado, que realiza en Europa, en 1962 regresa a Rocha hasta 1967. En 1968 es maestro en el Colegio San Luis de Durazno y al año siguiente 1969 regresa a Rocha para hacerse cargo de la Dirección de Primaria hasta 1973. Desde 1974 se desempeña como Director y administrador del Colegio San Luis de Durazno hasta 1979, para regresar a Rocha desde 1980 hasta 1986. En 1987 integra la Comunidad de Pando, permaneciendo allí hasta 1992. En 1993 regresa a Durazno para ser trasladado en el año 2002 a la Residencia Champagnat de Luján. Muy desmejorado en su salud, a causa del “mal de Alzheimer”, desde octubre se le interna en la Clínica del Pilar. Fallece el 17 de junio de 2003.
Todos los que han tenido ocasión de convivir con el Hno. Ernesto Brammer, están de acuerdo con que el Hno. Ernesto ha sido un hombre extraordinario, en el cabal sentido de la palabra.
Lo recordamos como una persona dinámica y emprendedora. Testigos de ello son las Obras realizadas en los colegios de Rocha, Pando y Durazno. Mejorar las instalaciones de los colegios era una preocupación constante. La ayuda obtenida a través de innumerables solicitudes a AD VENIAT, MISEREOR y DKRM (Círculo católico alemán de las Misiones), ha posibilitado un enorme progreso para los colegios del interior.
Numerosos alumnos de familias carenciadas se han beneficiado con, las becas obtenidas de “Niños alemanes ayudan a niños”. Todo esto, teniendo en cuenta únicamente el bien común a los demás. Como cohermano y Superior de diversas Comunidades lo vemos como una persona sencilla, comprensiva, servicial y generosa, al mejor estilo de nuestro santo fundador.
¡Gracias, Ernesto, por tu ejemplo de buen marista! Hno. Armando Jorge Mejer — (“Río de la Plata”, pág. 41, julio 2003).
HOMBRE DE FE.
Nació el 13 de junio de 1920 en la región de Westfalia. Oyó el llamado del Señor e ingresó en el Juniorado de Recklinghausen a los 14 años. Allí continuó el camino de la fe empezado en su cristiana familia. Como la Virgen de Nazaret vivió sus años de juniorado dedicado a su formación religiosa marista y de futuro docente. En el trabajo silencioso y humilde fueron creciendo las virtudes por las cuales se distinguió en su vida adulta: piedad, caridad fraterna, empeño en cumplir sus deberes. También habrá encontrado en su camino junto con la alegría de sentirse amado por el Señor, la Virgen María y el Padre Champagnat y sus superiores y compañeros, las dudas, las oscuridades, y algún desaliento, inherentes al seguimiento de Cristo. Pero, como María, él guarda todas esas cosas en su corazón y así llega el día tan ansiado de su profesión religiosa, el 29 de agosto de 1938.
HOMBRE DE OBEDIENCIA.
En 1939 le encontramos en el Escolasticado de Grugliasco (Italia). Al año siguiente llegará a España, y una vez dominado el idioma, se desempeñará como celador y profesor en el noviciado de Anzuola, y en 1941 cumplirá la misma función en el colegio de Oronoz.
El monstruo de la guerra lo atrapará entre sus garras y durante los años de 1941 a 1945 comprobará la dureza de la obediencia y de la disciplina militar. Prestará servicio en el ejército alemán como tanquista en diferentes frentes, sobre todo en Francia y Rusia, donde una esquirla de granada se le incrustará en el tobillo de por vida. Este inconveniente nunca fue un impedimento para desarrollar las funciones que la obediencia religiosa le asignaría.
Una cosa que siempre me llamó la atención es que nunca se le oía hablar de sus experiencias en los campos de batalla.
Terminada la guerra, con la sencillez que siempre le caracterizó, mudará el uniforme militar por la librea marista y el fusil por los libros. En la Escuela Normal dirigida por los Hermanos en Straubing, obtendrá su flamante título de MAESTRO NORMAL.
VERDADERO MARISTA.
En el año 1951, desembarca en las costas uruguayas del Plata, no como conquistador sino como un humilde misionero. Gracias a su disponibilidad, en su juventud recorre todos los colegios del Uruguay distinguiéndose en cada uno de ellos por su responsabilidad, su empeño en el trabajo, su creatividad, su amor fraterno y en general por las PEQUEÑAS VIRTUDES, tan recomendadas por nuestro santo Fundador.
Pasada su juventud, en 1961 lo encontramos haciendo el Segundo Noviciado en Francia. En ese tiempo privilegiado de oración, silencio, meditación, vida comunitaria y profundización del carisma marista, el Hno. Ernesto cargará sus pilas o, más bien, su gran corazón para vivir su consagración religiosa marista. A su regreso emite el voto de Estabilidad y la Provincia le confiere su confianza, nombrándole Consejero Provincial.
HOMBRE DINÁMICO Y EMPRENDEDOR.
La misión del Hno. Ernesto se desarrollará como Director de los colegios Larrañaga de Rocha, San Luis de Durazno y San Luis de Pando. En cada uno de ellos se le recuerda por su afán de mejorar las instalaciones en beneficio de educandos y educadores. En Rocha construye un colegio nuevo. A Durazno le dota de un hermoso gimnasio, de patios embaldosados, dará al campo de deportes nueva vida y, sobre todo, construye habitaciones completas y ambientes adecuados para los Hermanos.
BUEN PASTOR.
Como buen padre de familia sabe unir el trabajo de la comunidad con el ocio reconfortador. Aprovechando sus dotes de chofer, en Rocha organiza salidas comunitarias para que los Hermanos disfruten de la belleza y frescor de sus playas oceánicas y los hermosos paisajes de su sierra. En Durazno procurará a la comunidad gozar del verde esmeralda de sus praderas y saborear los ricos asados criollos en las estancias de familias amigas.
LA CRUZ EN EL CAMINO.
No todo en su vida fue color de rosa. Como Jesús, tuvo que sufrir por diferentes causas: unas debidas a su temperamento fogoso, otras debidas a las incomprensiones, algunas ocasionadas por sus limitaciones y otras por alguna envidieja, que de todo hay en la viña del Señor.
El mayor contratiempo lo sufrió en Rocha. Las familias del colegio valorando la educación marista hacía tiempo que venían insistiendo en la necesidad de completar la Enseñanza Primaria con la Secundaria. El Hno. Ernesto también acariciaba ese sueño y lo apoyaba. La construcción del colegio nuevo parecía ser el momento adecuado. Las familias se pusieron en acción. En muy poco tiempo resolvieron los asuntos de Dirección, Secretaría, Profesorado y Administración. Sólo faltaba el beneplácito de la autoridad eclesiástica. Aquí fue donde saltó la liebre. Una comunidad femenina, temiendo la competencia acudió al Sr. Obispo para que negara la autorización y así sucedió. Cuando las familias se enteraron, se produjo un revuelo impresionante. El Hno. Ernesto sentía que el sueño de su vida se hacía añicos. Sin embargo, poniendo de manifiesto su obediencia a la Iglesia, con profunda humildad acató la decisión del Sr. Obispo, pero no así las familias, que se alborotaron como un avispero. El Hno. Director se encontraba entre dos fuegos. Con muchísima PRUDENCIA tuvo que mediar entre la decisión del Sr. Obispo y el deseo de las familias RENUNCIANDO al sueño de su vida.
EL OCASO DEL COLOSO.
Los años y el esfuerzo en el trabajo fueron minando su férrea salud. La última batalla será contra el irreversible mal de Alzheimer, al que no pudo vencer. Desmejorado visiblemente pasará un corto tiempo prestando tareas comunitarias. A principio del año 2002 fue trasladado a la Residencia Champagnat de Luján, junto a la Basílica de la Virgencita Gaucha que le cobijó bajo su manto y lo recibió en su regazo con el mismo amor con que lo hizo con Jesús, su hijo.
Internado en la Clínica de los Hermanos de San Juan de Dios, entregó su alma a Dios el 17 de junio del 2003.
El Hno. Ernesto, que nunca buscó los halagos y aplausos mundanos, falleció sin poder sentir el cariño y aprecio de los que fuimos sus hermanos.
Hermano Ernesto, cuenta con la ayuda de nuestra oración si la necesitas. Intercede por nosotros. R. I. P. Hno. Ignacio del Pozo…
Irma De los Santos Lujambio: testimonio de una gran catequista de Rocha, también eximia costurera. La recuerda el Hno. Augusto Jenneman, quien nos hace participar del mensaje. Copiamos in extenso.
“Rocha, 12 agosto 2003. Querido hermano Augusto:
Recién me enteré de la muerte del hermano Ernesto lo que mucho lamento lo apreciaba mucho. Lo traté por primera vez cuando estuvo en Rocha por vez primera. En aquel entonces usaba sotana y andaba en bicicleta y enganchaba el borde y me la traía para que se lo cosiera. En aquel entonces era cuando estaban reformando la Iglesia y me prestó un salón para que diese catecismo. Después en otra vez que estuvo en Rocha y yo ya me había fracturado la cadera y caminaba, él me traía en la camioneta a la salida de la Misa. Como ve, tuve bastante vinculación con él.
Así que estoy unida a Vd. en el afecto y en la Oración y quiera Dios que ya esté gozando de SU REINO.”
El Hno. Augusto Jenemann ha producido un pequeño relato. ¿Por qué pequeño? No le tocó estar con él sino sólo esporádicamente en los últimos años en Rocha. Dentro de su nota, extraemos lo presentado como seguro.
“Estuvimos en Recklinghausen, en el Missionshaus San José, juntos en el Juniorado, donde estuve apenas un año. Debido a que ingresé – fue en 1935 – con el último año de Secundaria (Obertertia) aprobado, pude iniciar el Postulantado al finalizar ese año en Furth (agosto de 1936). Siendo novicio, él ingresó al Postulantado, y estuvimos nuevamente una temporada juntos. Tuvo siempre una vida muy sosegada, lo vi siempre contento, muy conversador y buen compañero. Tenía pasta de Religioso y ánimo.
(…) Fue luego a España, para aprender el español, antes de ir a América. Allí lo capturaron los alemanes, para el servicio militar, y como consecuencia tuvo que participar en toda la guerra. Muchos de nuestra edad y cohermanos de entonces tuvieron que dejar su vida en los campos de batalla. Nos libramos los que salimos a tiempo, como el Hno. Ricardo. Los demás se fueron a la Eternidad.
Sólo puedo decir un poco de su estadía como Director del Colegio LARRAÑAGA de Rocha, donde fue Director durante años, con una eficiente labor, buen espíritu marista y ecuanimidad. Siempre preocupado por los Hermanos (también era Superior) y por los niños, y como ecónomo hizo enormes adelantos, trasladando el antiguo colegio junto a la parroquia al nuevo edificio de la actualidad. Adquirió con dineros de Alemania predios vecinos, una casita para la Comunidad desde la otra calle, que luego se vendió para adquirir una casa más amplia desde la calle vecina, que hoy aún presta sus funciones.
Muy interesante fue también el amplio jardín, con varios árboles y una hermosa piscina que pudimos aprovechar en muchas ocasiones con los Hnos. Miguel Brenner y Laureano. Fue remplazado luego por el Hno. Israel Farneda.
Reitero el aprecio que tuve siempre por el Hno. Ernesto como Religioso cabal, con una vida ordenada, a lo militar casi, y su serenidad y piedad me llamaron siempre la atención. Fue realmente un Marista a carta cabal, y a pesar de las vicisitudes de la guerra con sus atracciones, vicios y sobresaltos, volvió después de la guerra a los Maristas. Tenía una hermana, también Religiosa, que falleció en 2002. Le informaron sus sobrinos.”
(Carta fechada en Neuquén, 2 de junio del 2003).
“HNO. ERNESTO, ENAMORADO DE SU CONGREGACIÓN.
Fue en el año 1935, los nacionalsocialistas cierran nuestro hermoso juniorado de Munich; los juniores del Palatinado y de Hesse debimos seguir nuestros estudios en el juniorado de Recklinghausen, mientras los de Baviera van a Furth. Fue en este año cuando me encontré por primera vez con el junior Ernesto Brammen. Tengo óptimos recuerdos de él de los años 1935 y 1936 del juniorado. Siempre admiré su concentración en el estudio donde se destacó claramente tanto en conducta como estudios y por su manera de ser. Seguimos juntos en el postulantado y noviciado en el año 1937. Mientras tanto se asomaba en la política alemana el terrible monstruo del nazismo: todas nuestras obras en Baviera fueron cerradas. Nuestros superiores pensaban en el futuro de los Hermanos jóvenes y de los novicios. Gracias a la cordialidad de la provincia marista argentina encontraron cordial acogida en ella. El Hno. Ernesto junto con otros Hermanos fueron enviados a Italia, de ahí pudo el Hermano dirigirse a España donde aprendió el español. Pero la guerra estropeó todos sus proyectos: pronto fue llamado a prestar servicio militar en Alemania. En medio de tanta desgracia le guió la mano misericordiosa del Señor, de modo que fue llamado a servir en salubridad militar. Fue herido en Rusia. Le quedó una pequeña esquirla en el talón de la pierna derecha. No se lo podían sacar sin peligro, ya que podía significar la paralización del pie. Más adelante, estando ya en Uruguay recibía del estado alemán una pequeña renta por ese accidente. Al terminar la guerra volvió inmediatamente a Furth, adonde llegó después de un viaje sumamente peligroso. Nunca le abandonó la idea de dejar su país para dirigirse a Sudamérica, donde la obra marista tuvo un florecimiento sorprendente en Uruguay. Después de algún tiempo en Argentina fue llamado al Uruguay.
Luego de algunos años en diferentes colegios, los superiores, viendo su gran espíritu emprendedor, le nombraron superior del Colegio Larrañaga de Rocha. Es ahí especialmente donde mostró su intensa actividad y amor a la Congregación. Consiguió de Alemania los medios para la compra de una casa para los Hermanos y para la construcción de un nuevo, moderno colegio. Cuando le encargaron la dirección del colegio San Luis aquí en Durazno, también mostró su espíritu emprendedor. Se construyó un hermoso gimnasio, se embaldosó el patio mayor y se reformó el último piso del nuevo colegio para clases de física, química y botánica; los Hermanos pudieron albergarse en la nueva casa que hizo construir la congregación. También en el campo de deportes siguieron las obras y construcciones.
En medio de tantas ocupaciones no debemos olvidar el espíritu religioso que siempre guió a nuestro Hermano. El punto central de su amor a Dios fue la santa misa y la comunión; la observancia de las antiguas reglas y luego de las constituciones fue fundamental para él, siempre nos daba el ejemplo de lo que debe ser un verdadero religioso. Cuando llegó por segunda vez a este colegio, ya estaba marcado por la terrible enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, trató de ser útil a la comunidad. Atendió con solicitud la cantina y prestó servicio donde pudo. Como su mal iba empeorando, ya no pudo atender la cantina, a veces se perdía fuera del colegio. El Hno. Provincial juzgó entonces que el mejor lugar para Ernesto sería nuestra casa en Luján, adonde lo llevó a fines del 2001. Allá también se fue debilitando y lo tuvieron que internar en el sanatorio Nuestra Señora del Pilar, de los Hermanos de San Juan de Dios. Tuve la suerte de visitarle con el Hno. Horacio Magaldi y el Hno. Augusto Jenneman, pero parece que ya no nos reconoció. El 17 de junio nos llegó la noticia de su fallecimiento. El Señor habrá sido un misericordioso juez para con él, ya que hizo tanto para su mayor gloria.
Hno. Ernesto: muchas gracias por tu vida tan edificante y que te ilumine la luz eterna, descansa en paz”.
IMPORTANTES AFIRMACIONES O ACLARACIONES.
Hoy, 1º de octubre del 2003, he recibido mail del Hno. Jorge Meier. Éstas son sus afirmaciones o aclaraciones, obtenidas con el concurso del Hno. Ricardo Kress, también de la comunidad de Durazno ¡Gracias, Hermanos Ricardo y Jorge!
1.- El Sr. Karl Brammen, hermano carnal de Ernesto, ha fallecido hace alrededor de dos años.
2.- Cuatro hermanos del Hno. Ernesto, fallecieron en acciones bélicas de la Segunda Guerra Mundial.
3.- Efectivamente, el Hno. Ernesto perteneció al servicio de sanidad alemán. No fue tanquista. La confusión puede venir porque el Hno. Jorge Grüner, fallecido, sí fue tanquista.
4.- El hecho de que quedó pendiente en un puente atacado y destruido por fuerzas enemigas, y que renovó su absoluta promesa de servir a Dios en la vida marista si salía con bien de tan enorme peligro, consta fehacientemente como suceso real. “Él mismo nos lo contó en Durazno”, afirma el H. Jorge.
A continuación incluimos otros aportes, recibidos en una carta del Hno. Ricardo Kress, con fecha del 25 de septiembre de 2003, a modo de suplemento.
a.- Insiste en el dato de la incorporación al servicio de sanidad militar del Hno. Ernesto Brammen. Nunca le oyó que sirviera en la fuerza de tanques.
b.- Escribe: “(…) me parece que él tuvo cuatro hermanos que murieron en la guerra, pero de esto no estoy completamente seguro, ya que el Hermano comunicó muy poco sobre los tiempos de la guerra, más bien trató de evitar estos asuntos”. Y sigue:
c.- “lo mismo se diga sobre el accidente del tren al cruzar un puente; sólo sé que algo extraordinario le sucedió, pero nunca explicó directamente lo que le sucedió…”. Por lo que hemos leído en página anterior, otro Hermano sí se lo escuchó. Nos interesa respetar las fuentes de nuestro trabajo.