Nombre Civil: Guillermo Blum.
Fecha de Nacimiento: 04/03/1915.
Lugar de Nacimiento: Westfalia — Buer — Alemania.
Fecha de Profesión: 08/09/1934.
Fecha de Defunsión: 24/02/1976.
Estable 1915 – 1976.
Nacimiento: Alemania 04/03/1915.
1929 – 1933: Junior en Recklinghausen
8/ 3 a 8/ 9/1933: Postulante en Furth.
8/ 9/1933: Toma de Hábito.
1934 y ’35: Estudiante en Straubing.
8/ 9/1934: Primera Profesión. Furth.
3/1 a 21/8/1936: Estudiante en España.
1936 ó ’37: Viaja al Río de la Plata.
Febrero 1937: En Luján.
1938 – 1943: Sin información.
28/ 2/1940: Profesión Perpetua, Chajarí.
2/ 2/1952: V. de Estabilidad, Montevideo.
1944 – 1975: Al servicio de Uruguay.
Fallece en Montevideo: 24/2/1976 – 11 Hrs. 61 Años.
¿Tal vez haya permanecido en Luján para obtener la titulación del Magisterio?
Guillermo BLUM, nació en una localidad del estado de Westfalia, Buer. Su apellido materno era Schäfer. Podemos comprobar que su viaje y misión a nuestras tierras platenses uruguayas, obedeció a una circunstancia bien aprovechada, cual fue la de liberarse del amenazante nazismo.
Datos de interés nos han llegado gracias a un apunte de un compañero de Noviciado, quien no lo ha firmado. Entresacamos, con o sin cita.
En 1934, novicios, compartían el mismo banco. Rugoso por viejo, sin respaldo. Incómodo, pero apreciado, ya que “sentados sobre él, recibíamos todo ese caudal de sabias enseñanzas, legado de nuestro Beato Padre Fundador.” El Maestro, H. José Luis, severo. “Su socio, Hno. Gebhardo, (este apelativo era como el “ nombre de combate “ que le daban sus alumnos. Significa Barba Roja. No es su nombre real.) Era el ‘ terror ‘ del Noviciado.”2 Y con humor se refiere a un H. Godofredo, quien los inculpaba, sin justicia, por las telarañas pequeñitas que encontraba en el convento. “Este Hermano no era admirador de las ‘ obras maravillosas ‘ que producía la naturaleza.“
Lo describe como de carácter alegre, buen compañero, siempre dispuesto a ayudar. Quirino finaliza su Noviciado medio año antes. Se separan. Es enviado al colegio de Cham. Y, citamos: “ Cuando la situación entre Iglesia y Estado se tornó crítica y alarmante, junto con los demás miembros de la comunidad de Cham, fue a pasar unas horas en la cárcel local. Cualquier pretexto era válido a los secuaces de Hitler para liquidar a la oposición. En vista de eso, nuestros Superiores buscaron nuevos campos de trabajo en el extranjero.
Continúa diciendo que 5 Hermanos salieron para Argentina en 1935. Y un grupo de Hermanos salieron para España en 1936, a fin de facilitarles el aprendizaje del castellano. Allí llegó Quirino, integrándose en una de las comunidades madrileñas. La guerra civil dio por tierra el buen plan. Por doble motivo, su fe cristiana y su estado religioso, fue llevado a prisión con otros maristas. “…y los rojos pedían sangre! Las perspectivas de salir con vida eran escasas.” A través de una esquela dirigida por alguien al embajador alemán, éste diligenció el retorno de Hermanos alemanes a su patria. Quedó en su país lo necesario para tramitar documentación y salir hacia Buenos Aires.
En 1937, con el Hno. Marie Odulphe, Asistente G., y el Hno. Pablo Köllner, arribaron a nuestra capital, para seguir luego viaje a Chajarí, “la casa cuna de nuestra Vice – Provincia del Uruguay.”
Vuelven a encontrarse en Chajarí. Juntos durante cuatro años. Exigente para con sus alumnos, pero muy querido. Llamaba la atención la disciplina con la que se movía su curso. Quinta, jardín, gallinero, conejeras… tantas ocupaciones al final de cada jornada escolar. Albañilería, carpintería, pintura, electricidad… se daba maña para todo. Alguna vez, con la ayuda de la experiencia del H. Alfonso Bossle, algún chanchito proporcionaba embutidos, hasta paté de hígado, que les recordaban los gustos culinarios de su lejana patria.
“El carácter alegre del Hno. Quirino era contagioso. Esa alegría era para nosotros, en esos años de sacrificio y escasez, de significativa importancia.”
Dice que el Hermano estuvo 21 años en Pando, con interrupciones. De nuevo, 15 años con él. Como Director, hizo crecer al colegio en extensión y alumnado. “Fue exigente con nosotros, pero aún más consigo mismo. Era un ejemplo de fidelidad a nuestra santa Regla. Tomaba a sus cohermanos como eran, los apoyaba con sus consejos y les ayudaba donde y cuando podía. “Muy agradecido, por insignificante que fuera el favor.“ Las piezas de los Hermanos eran pequeñísimas e insanas. No descansó hasta conseguir habitaciones nuevas, cómodas y bien ventiladas.” Vista la necesidad, reclamó de la población un Liceo. Con su férrea voluntad lo logró. Y dotó al colegio de un pupilado.
“Los numerosos amigos que dejó allí lo recuerdan con cariño.”
“En julio de 1975 lo acompañé una vez más en su viaje a la patria. Estaba alegre y se sentía feliz. Nos separamos en Frankfort. Tres meses después nos encontramos de nuevo en Montevideo. Lo acompañé para que me visitara en Pando. No aceptó, no se sentía bien. Amablemente me acompañaba a la parada de ómnibus cuando yo regresaba de la capital. Siempre lo vi amable, pero nunca aceptaba mi invitación. “Otro día, cuando me sienta
mejor”, decía. Algo presentía. Estaba enfermo. Quizás lo quiso disimular. Nunca se quejó.”
Sólo abandonó su puesto de trabajo cuando sus fuerzas no dieron más. Antes de finalizar el curso escolar (1975), lo internaron en el Círculo Católico. Se quería conocer la causa de su mal y poder combatirlo. Sintiéndose mejor, al día siguiente retornó al colegio. Pasaron dos meses y, no pudiendo ya más, ingresó de nuevo en el C.C. de Obreros. Recibió los últimos sacramentos con devoción y serenidad. Para mejor atención médica, el 20 de enero fue derivado al Hospital Italiano. Tratamiento intensivo, intervención quirúrgica, en un postrer intento por salvarle la vida. Todo inútil. Día y noche se lo cuidaba. Dos Hermanos se turnaban, prestos para acudir en su ayuda. Pero, no se daba ninguna mejora.
El sábado 24 de enero, a las 11, con una sonrisa en sus labios, se fue a la Casa del Padre, a recibir el premio de su vida consagrada al prójimo. Hermanos, amigos, exalumnos, padres, autoridades escolares, todo un mar de gente desfiló ante su ataúd abierto, en último adiós. Misa en la parroquia Ntra. Sra. del Sgdo. Corazón (Punta Carretas). Inmensa demostración de cariño en esta despedida orante. Sus restos fueron llevados a Pando. Toque a duelo de las campanas al entrar la carroza en el pueblo y el féretro en la iglesia parroquial. Un templo colmado de fieles y amigos. Todos debían algo, al bueno y siempre alegre Hno. Quirino.” Quedamos muy agradecidos a nuestro anónimo testimoniante. Hemos dado su atestación sin interrupción. Retomamos el hilo de la cronología que traíamos.
La segunda emisión de votos temporales tuvo lugar en Cham, set.bre de 1935. La siguiente en Furth. En 1937 viajó. La 4ta. y la 5ta. emisión fueron en Luján, enero de 1938 y febrero de 1939. Los votos perpetuos los profesó en Chajarí. Y el de Estabilidad, en Montevideo.
Su actuación en Europa fue limitada, ya que hizo dos años de Escolasticado en Straubing y 8 meses en Madrid, en el colegio Los Madrazos, como estudiante. Ver más arriba.
Testimonios…
Hno. Ricardo Kress.
A todos nos sorprendió mucho su muerte, porque era robusto, fuerte, y nunca había estado enfermo. A todos nos extrañó mucho, esa muerte tan rápida y repentina.
El fue durante mucho tiempo profesor de 6º grado, del último grado, y mucho tiempo fue director de los Colegio de Pando y de Durazno. Acá se turnaban él y el Hno. Carlos Enrique.
Tenía el último grado de primaria y los preparaba muy bien. Era muy diestro para enseñar y preparaba a los muchachos para el examen de ingreso, de manera que en ese sentido trabajó muy bien.
Después lo nombraron administrador del Colegio Santa María donde trabajó unos cuantos años y donde lo conocí más a fondo. Más tarde volvió al Colegio Zorrilla de San Martín, donde seguía con sus clases y los alumnos lo querían mucho, a pesar de que era muy exigente, pero como veían que era por el bien de ellos, ya que iban muy bien preparados para el examen de ingreso. Fue aceptado por los alumnos y por las familias.
Después, un año que fue a Alemania de vacaciones, al regresar en barco, en Africa, dicen que tomó un alimento que le hizo mucho mal y volvió enfermo. Nunca más se pudo rehabilitar, porque ni los médicos sabían qué tenía y cada vez estaba peor. Eso fue en el año 70 aproximadamente… (Otra versión afirma que fue en el viaje de 1975.)
Murió en el año 76, a los 61 años.
Durante años arrastró esa enfermedad, que no se sabía bien qué era.
Cuando estuvimos juntos en Santa María, creo que él enseñaba en 5º grado y se preocupaba mucho por las cosas de la casa, por el perro y siempre estaba pronto para trabajar.
En el Zorrilla de San Martín era profesor y al final ya no pudo dar clases, porque estuvo internado algún tiempo antes de su muerte.
Del Hno. Pablo Walder:
En cuanto al Hno. Quirino Blum, el primer año que estuve en Pando, era director del Colegio, superior y administrador.
El día de mi Santo, porque mi cumpleaños caía en vacaciones, venía a la clase con un paquete de caramelos ,y decía : “A ver quién le trajo algo al Hermano hoy”. Si alguno levantaba la mano, continuaba diciendo : “A ver si los demás se contagian. Chau, hasta luego”.
Del Hno. Valentín Semmeth.
– El Hno. Quirino Blum fue mi primer director en Durazno, el primer año que yo vine al Uruguay, en 1959. Parecía una persona muy buena y era muy bueno. Atendía muy bien a los Hermanos, yo nunca tuve problemas con él, inclusive siempre favorecía las cosas; y era un año muy duro, con muchas inundaciones y nuestro almuerzo era el primer plato fideos y el segundo arroz. Y por la noche, el primero arroz y el segundo fideos, y nada más. Pero siempre nos llevamos muy bien, nunca hubo problemas. Era un tipo macanudo.
Era director del colegio, maestro de 6º grado y superior. En Durazno fue 6 años director y había chicos pupilos.
El tenía 6º año, superior de la comunidad, director del colegio, del pupilado y trabajaba muchísimo. Era un hombre que se movía e inclusive no era tan atrasado como algunos decían. Hasta tenía su equipo de música moderna y hacía todo bien, a pesar de que vivíamos como pobres, miserables en el sentido de alojamiento, porque no había otra cosa mejor.
Buscaba continuamente recolectar dinero e inclusive pedía permiso para construir en el predio salones nuevos, como la gente; pero no le dio permiso el Consejo Provincial. Entonces decidió hacer algo especial en las afueras, donde compraría terreno de 3 ó 4 manzanas. Ya tenía los proyectos para ello, para hacer colegio moderno para la época, con pupilado y todo. Pero después tampoco se hizo y al año siguiente lo mandaron como director a Pando y a mí me mandaron a Montevideo. Pero, realmente era muy amable, muy bueno.
Murió en el Colegio Zorrilla, donde estuve un año con él (1968) y estaba como Director Salvador Martínez, superior; Carlos Rohe estaba como administrador y fue nombrado provincial a fin de año. Allí lo pasamos muy bien y tengo anécdotas muy interesantes de los dos.
Juntábamos hongos de eucaliptos. Recolectamos una vez tantos que llenamos 4 bolsas de arpillera preparadas, limpias. Los limpiaba yo porque los cocineros no se hacían cargo de esto. Como estaban mezclados con hongos de pino, el Hno. José Süss, que era profesor de biología, protestaba porque decía que eran venenosos. Yo los preparé igual, y los puse en la mesa en la cena. Los comía y todos insistían en que me iba a morir. “Bueno -dije yo- si me muero, me muero”. De pronto, dice Quirino Blum: “Yo también voy a comer, morimos los dos juntos.” Al rato Carlos Rohe dice: “Yo también voy a comer. Seremos 3 que morimos mañana”. Como al día siguiente nadie se murió, el primero que se sirvió un platazo fue el Hno. …”
La segunda anécdota. Teníamos retiro la segunda semana de enero, y resulta ser que el día 1 yo tenía mi cumpleaños, y el día 31 me nombraron para Santa María. Al día siguiente, en la mañana, el encargado no dijo nada. En el desayuno el Hno. Laureano le dijo: “¿No va a haber cumpleaños ?”. Respondió: “Bah, no es más de la comunidad. ” Ese día se organizó un paseo a cerca de Atlántida, a unos 10 kms. Íbamos siempre, a un terreno privado. Llegamos allí. Quirino Blum me dijo: “No te preocupes, nosotros vamos a festejar igual tu cumpleaños hoy, ” y fue caminando 10 kms. a Atlántida para comprar una torta.
En el año 75 fue a Alemania. Cuando regresaba bajó en Dakar, y comió algo que lo enfermó del estómago. Ese año yo estaba en Durazno, y lo visité en Montevideo. Era noviembre o diciembre y él estaba en la cama. Le dije: “Hno. Quirino, vamos el año que viene a Durazno e inauguramos el gimnasio; ¿vas a venir? Lo inauguramos el 6 de junio”. Respondió: “No, en esas fechas no voy a vivir más”. Le dije: ” ¡Qué te vas a morir…! “ Y respondió: ” No, me siento que voy a morir pronto”.
Murió en enero del 76.
Además, en Durazno, estando con él recibía una atención única. Inclusive en el año 70, yo daba clases en el Liceo Santa María, donde las clases terminaron en agosto por la cuestión de los Tupamaros. Había un Hermano español joven, que viajó para el Segundo Noviciado. Entonces, yo iba a suplantarlo todos los días a Pando. Él era el director. Me atendía con un cariño… Iba de mañana a dar clase y por la tarde volvía a Santa María para hacer mis otros trabajos.
Del Hno. Ignacio del Pozo.
El Hno. Quirino Blum fue mi primer director en Pando. Era un Hermano petisón, gordo, y los pícaros le decían “cabeza cuadrada”: pero era un hombre de una energía extraordinaria y de una practicidad…
En las vacaciones trabajaba de albañil, de pintor. Preparaba su clase con una pulcritud… Tenía por ejemplo cuadros de botánica. Tenía hecha “un chiche” la clase. Enseñaba muy bien.
Era un tanto brusco con los estudiantes…
Era un hombre muy bueno. Mi recuerdo es la de un Hermano cariñoso, fraterno. Hicimos muy buenas migas siempre. Era exigente. A veces, con la gente, era un poco duro. También con las familias era muy exigente.
Estuvo muchos períodos como director. Se turnaba con el Hno. Carlos José Rohe, que después fue Provincial y abandonó la congregación. Quirino era director de Pando y Rohe de Durazno. Cuando terminaba el plazo, intercambiaban los destinos.
Hay una anécdota, la anécdota de la puerta. No sé si esa puerta estaba en Pando o en Durazno. El hecho es que cuando Quirino la ponía, José la sacaba . Así, continuamente. Eran un poco antagónicos. Quirino era muy bueno y trabajador.
Le gustaba “tomar el pelo”. Recuerdo una vez. Tenía que pagar una cuenta. Como era pequeña, un poco se hacía el olvidadizo. Un día llega carta del acreedor diciendo que debía ese dinero. Al mes llega otra carta ; y otra, y otra. Cuando éste hubo gastado en correo lo que tenía que cobrar, el Hermano Quinino fue, le pagó. Se reía de eso. Era una odisea.
Había una familia que tenía un bazar. Debían el colegio casi todo un año. No conseguía que pagara. Un día dice: “A éste lo voy embromar”. Dijo a la señora cocinera que fuera a comprar todo lo que necesitaba, que él lo pagaba. Allá fue la cocinera y compró un juego de platos, un juego de esto, uno de aquello. Quirino iba preguntando los precios. Cuando llegó a la suma que adeudaban a la escuela, dijo: ” Hagan la cuenta y pónganlo como pagado al Colegio.” Así recuperó. Tenía de esas salidas.
Estos Hnos. alemanes, en cuanto a fidelidad, a cumplimiento de las reglas, eran una maravilla, una maravilla.
De vez en cuando, con los Hermanos era duro, pero con los chicos era bueno, porque tenía autoridad, y con las familias también. Como superior local, a los Hermanos jóvenes, como Camacho, Arriet y otros, los apretaba mucho, y a veces los hacía enojar, desgraciadamente.
(Aquí narra el problema por una ingesta en Dakar, y su inmediata enfermedad. Y continúa así.)Yo era Provincial ya y fue el primer hermano que se murió. Un día me llaman de Zorrilla. Me dicen que el Hno. Quirino se había desmayado, que no estaba bien. Voy allá y le digo que lo íbamos a hacer ver por un médico. Me dice : “Esto no es nada, es de los negros”, porque era racista. No aguantaba a los negros y a los criollos. “Hermano, vamos al sanatorio. “ No quería ir, pero se desmayaba y se quedaba en la pieza. No aceptaba ningún alimento. Se iba debilitando y deshidratando.
Llamé un taxi, y lo llevamos al hospital. Estuvo un día . Cuando lo fui a ver, me dijo que se iba al otro día, que le habían dado el alta. Estaba bien y ahí no tenía nada que hacer. Al otro día estaba en el Colegio.
CEMENTERIO DE PANDO.
En la placa de mármol negro que ostenta los nombres de los Hermanos, en el Mausoleo Marista, el Hno. Quirino Blum figura primero. “Fue el primer Hermano fallecido en Uruguay, después del Hno. José Verius.” (Hno. Ricardo Kress.)