Nombre Civil: Guillermo Wachter.
Fecha de Nacimiento: 14/04/1912.
Lugar de Nacimiento: Arlitzheim — Provincia de Baviera — Alemania.
Fecha de Profesión: 10/04/1932.
Fecha de Defunsión: 02/02/1950.
Estable 1912 – 2000.
Postulantado: 1930-1931/Furth.
Noviciado: 1931-1932.
1ª profesión: 10.04.1932
Prof. Perp.: 13.01.1938/Luján.
V. Estabil.: 02.02.1950/Montevideo.
+ 06.03.2000.
Nació en Arlitzheim (hoy Sulzheim), provincia de Unterfranken, (párrafo más abajo se lee “Provincia de Baviera”), Alemania, el 14 de abril de 1912. Su padre, según la ficha de secretaría provincial uruguaya, era “agrario”, y “ecónomo y católico”, según partida de nacimiento. Se llamaba Michael. Su madre, Margareta, católica (p. de n.) La familia, con correspondencia a serle enviada a “Michael Wächter, Dorfplate, 97529 Arlitzheim 13.” Teléfono: 09382 – 7192. Nada nos ha llegado sobre hermanos suyos, aunque sabemos que correspondía – a través de la Sra. Ingrid Naredo, en Luján – con sobrinas. Asimismo, carecemos de todo dato referente a su infancia, adolescencia y contactos vocacionales previos a su ingreso al Juniorado en Furth, el 19 de agosto de 1930. Toma de Hábito, 05.04.1931, Hno. Benno.
Con el ánimo de ofrecer ante todo una visión cronológica integral, iniciamos con la grilla, siguiendo el esquema de la etapa NOS PRECEDIERON, la primera.
En punto a fechas y lugares, la formación inicial la obtenemos en la diapositiva que encabeza.
Presencia del Hno. Guillermo en el diario del Colegio Santa María, fecha por fecha.
“1939, 19 de agosto. La comunidad se ve aumentada con dos Hermanos más. El Hno. Carlos y el Hno. Ben-no.”
“1940, Enero. El Hno. Heriberto nombrado Director del Colegio Juan Zorrilla de San Martín (…) Las obras de las clases nuevas y arreglo general del edificio en que están incluidas sigue con toda actividad durante el mes de enero. Los HH. Benno, Fabio y Francisco y más tarde el Hno. J. Pascual (de la Pcia. Argentina, de visita) se muestran incansables ayudando al albañil y realizando otros trabajos, de pintura especialmente.”
“1941, día 3. Da comienzo el nuevo curso escolar con 75 niños presentes. El personal de la casa es el siguiente: (…) Sastre: Hno. Benno. (…)” “Día 17. Había 130 alumnos presentes.”
“1943, 2 de febrero. (…) sastre: Hno. Benno.”
“1944, 21 de enero. El día 8 de abril se inaugura nueva construcción. Brazo derecho al fondo, mirando desde 8 de octubre. Con dos pisos incluyendo comedor de pupilos y medio pupilos. Comunidad y plantel docente (…) Hno. Benno: sastre, ayudante del sacristán y…” Y unas líneas más abajo, tal cual: “Hno. Benno: Cocinero y encargado del gallinero.”
En 1945, es destinado a la Casa San José, y por lo mismo no lo encontramos ya en ninguna otra fecha del Diario del Colegio Santa María, al que no volvió más.
“Durazno, 18 de julio de 2000.
Guillermo, verdadero Marista.
Para destacar al verdadero Marista no hay nada más a propósito que descubrir las virtudes distintivas de un Hno. Marista, o sea humildad, sencillez y modestia. En verdad nos resalta a la vista que el recordado Hno. Guillermo Wächter las practicó de una manera extraordinaria. Me debo limitar a los pocos años que tuve la suerte de convivir con él.
Fue en el año 1942 en el Colegio Santa María cuando pude apreciar la enorme capacidad de Benno el trabajo escondido, siendo Benno el nombre como se llamaba antes. De una manera perfecta elaboró las sotanas y camisas para todos los Hermanos, jamás falló ni le hechura ni la medida. Trabajaba en un taller reducido, pero lo que salía de allí era impecable. Pero, además de esa labor ímproba, se encargaba de una enorme quinta donde el Hermano cocinero todos los días podía recolectar parte del fruto de este pesado trabajo. Detrás del Colegio, en un campo enorme que ahora pertenece al vecino Hospital Militar, cultivaba con la ayuda de otros Hermanos, papas y zanahorias. Era una delicia contemplarlas y en parte fueron vendidas. Daba gusto admirar la hermosa disposición de las plantas y cultivos y con qué ahínco las cuidaba el H. Guillermo.
Con todas esas múltiples ocupaciones, jamás se le vio malhumorado o retrayéndose de la comunidad, al contrario, siempre se mostraba contento y dispuesto para ayudar a los demás y alegrar a la comunidad con su manera tan particular de ser.
En su humildad, no se consideraba apto para trabajar en la enseñanza, además consideraba con mucha razón que su actividad era entonces irremplazable.
Su espíritu religioso era extraordinario. Suma-mente le gustaban los servicios divinos, especialmente la santa misa, de la cual participaba con mucho entusiasmo, en particular de los cantos. Los domingos asistía con gran alegría a dos misas. La primera se celebraba temprano en el vecino Hospital Militar.
Al fundar el Juniorado en el km 16 del Camino a Maldonado, se abría para nuestro Hno. Guillermo otro inmenso campo de actividades. Se puede decir que fue el factotum de la casa, hasta la cría de gallinas y conejos, cortar el pelo y ayudar en cualquier parte que fuese necesario, además de su sastrería, que ya disponía de más lugar y elementos. Al principio iban los Hermanos de maña-na temprano a la misa de la casa de formación en Manga, que además era una famosa escuela agrícola de los Padres Salesianos, que distaba unos dos km; no obstante lo pesa do de esta marcha iba muy contento para así atraer la bendición de Dios sobre sus trabajos y preocupaciones.
Más tarde fue enviado a Chajarí, donde también se mostraba útil en la quinta y en muchos quehaceres de la casa, siendo siempre el sol radiante de la comunidad.
Después llegó aquí, a Durazno, donde atendía a los alumnos en la cantina y venta de libros y artículos es-colares, colaborando de esa manera para equilibrar las exiguas entradas. Fue un Hermano querido y respetado por todos. Aún hoy hay mucha gente que se acuerda de él con cariño. Pero, desgraciadamente, los años no pasan sin dejar huellas, así de a poco le iba fallando la memoria y el sentido de la ubicación. A veces salía del colegio y luego no encontraba el camino de vuelta. General mente se solucionaba el problema al recibir una llamada telefónica y recoger con la camioneta al “extraviado”. No por eso se puso impaciente, siempre seguía con su buen humor. Aceptaba cualquier aviso, jamás rechazaba a nadie, nunca se le oyó criticar a alguien. Todos los días lo pudimos llevar a la santa misa en la parroquia, que para él era inexcusable. Mucho le gustaba el rosario que con gran fervor rezaba con nosotros.
La enfermedad se iba agravando de tal manera que el Hno. Provincial juzgó conveniente llevarlo al Hogar de Ancianos en Luján, donde acabó con mucha resignación su hermosa vida auténticamente Marista.
Hno. Benno:
Muchas gracias por tu admirable y hermosa vida,
llena de ejemplo para los que estamos aun luchando,
y que el Señor te tenga en la merecida gloria.
Hno. Ricardo
Recuerdo de la Sra. Gloria. “Cuando el Hno. Guillermo vino a este colegio se dedicaba a cuidar el jardín que había en el patio de la casa. También tenía una máquina de coser, arreglaba la ropa de los Hermanos, me arreglaba mis delantales, hacía los toldos de lona para las claraboyas de vidrio que había en el edificio viejo del colegio.
Arreglaba la capilla del colegio, a veces yo le llevaba de mi casa rosas o azucenas y con ellas adornaba a la Virgen.
Fue muy amigo de mi yerno Carlos, él lo invitaba a pasar a su casa de campo, lo llevaban en el auto de los Hermanos y pasaba el día, comía asado con “vino”. Decía: “No pensaba tener un amigo tan joven, siendo yo tan anciano…”
Siempre que había fiesta – es decir fecha de un santo – me avisaba el día antes; entonces yo hacía torta y preparaba café negro (en esa época no se tomaba todos los días).
Era muy servicial, juntaba los platos, tendía la mesa, agradecía todo con amabilidad. Tenía muy buen carácter.
Si viajaba a Alemania, me traía algún regalito, me regalaba chocolates. Siempre tenía alguno en su dormitorio.
Cuando se puso muy anciano, yo tenía que ayudarlo, hacerlo vestir, bañar, le conversaba mucho porque el médico (Dr. Bosch) pedía que lo hiciera porque pasaba muy aislado en su habitación.
Siempre me esperaba ansioso y a lo último me confundía y me decía “mamá.”
Cuando ya no pudo mejorarse lo llevaron a Luján, y sentí mucho, pues lo quería como a un familiar cercano.”
Hermano Emilio Garione. Residencia Champagnat, 28 de mayo del 2000.
“No hace muchos días nos dejó otro miembro de nuestra Comunidad, el muy querido y recordado Hermano Guillermo. No quisiera dejar pasar esta oportunidad sin dejar de contribuir con mi “granito de arena” a la publicación de su biografía.
Me siento muy cómodo al escribir estos renglones, pues, además de un tributo de amor y deber a un Cohermano de la Comunidad de esta Residencia Champagnat, confesaré con toda sinceridad que al llorado y apreciado Hno. Guillermo, desde su llegada entre nosotros, me pareció que contábamos con un verdadero ‘abuelito’ más. Todo en él era cariño, bondad, dulzura y exquisitez. La víspera de su entierro y estando yo a solas con él en la capilla grande de la Villa San José, frente a sus restos mortales, contemplando por última vez sus hermosas y dignas facciones, al colocarle el Santo Rosario sobre su pecho, entrelazado entre sus dedos, no pude contenerme de estamparle en su ya gélida frente, un sonoro beso de despedida, diciéndole en voz baja: “Adiós, querido Hermano Guillermo, ahora que ya está en el Cielo, prepárame un puestito cerca de ti y de la Virgen María, nuestra Buena Madre.”
Recuerdo con cariño las muchas veces que estando todavía él entre nosotros, me complacía en mirarlo, y me venía a la mente, siempre, este hermoso y delicado pensamiento: “¡Cómo me hubiese gustado tener, siendo chico, un abuelo tan cariñoso y afable como el H. Guillermo!”
No sé si alguna vez en su vida terrenal tuvo que dar clase en algunos de nuestros colegios, ya de Alemania o bien del Uruguay…, pues bien, si así fuera, estoy seguro que sus alumnos siempre lo debieron querer, respetar y amar ‘muy mucho’… ya que era imposible no querer a un Hermano así, en quien todo, todo trasuntaba amor, amabilidad, dulzura y grandiosidad de ánimo.
Otros que lo han conocido más podrán escribir con más detalle sobre el particular. Lo que yo digo, simplemente, son certeras deducciones que me brotan del corazón de Cohermano que convivió con él los dos últimos años de su vida mortal.
¡Cómo me hubiese gustado poder hablar con él en su idioma natal, el alemán, para hacerlo gozar un poco más de mis fortuitas visitas a su pieza, la nº 9, contándole los numerosos chistes de Fritz y Franz que conozco en idioma español… y reírnos juntos!
Querido Hno. Guillermo: has partido para la patria del Cielo, hacia la Casa del Padre… te fuiste pero nos has dejado lo más hermoso de tu noble vida: tu recuerdo imborrable, tus simpáticas vivencias maristas, tu impagable sonrisa, tu trato siempre amable, noble, sincero, simpático y ciento por ciento ‘marista’. Desde el Cielo sigue acordándote de nosotros, los que te hemos querido en esta tierra, a la espera de volvernos a ver allá arriba en la Casa del Padre y muy juntos a nuestra Buena Madre y a nuestro Santo Fundador. ¡Así sea!”
El Hno. Augusto Jenemann es asiduo colaborador de la revista TODO MARÍA, como que en el número de junio de este 2000, pág. 27, se anuncia que en el próximo número, leemos, “comentaremos las cartas enviadas por (…) Hno. Augusto Jenemann, Neuquén…” De su puño y letra, el H. Guillermo F. Casto ha recibido una breve nota, fechada en Mar del Plata el 27 de julio de este año 2000. En realidad, explica lo que se transmite a continuación.
“1.- No estuve prácticamente en la comunidad con él, sólo en 1972, siendo director del Juniorado, pero únicamente medio día, pues debía dar clase en el Zorrilla y volvía a las 15 hrs.”
2.- (Como al pasar, nombra Hermanos que han estado en la misma comunidad con Guillermo). …los Hermanos Danilo, junior de Secundario en aquellos años; los dos HH. en Alemania, Hilarión y Gallus, en Furth, en muchos años de convivencia; el Hno. Gandolfo (Mindelheim) fue su Provincial; el H. Laureano, en Cinco Saltos.” (Y continúa así:)“Así que yo no puedo aportar gran cosa para esta vida del Hermano, de una entrega y servicio constantes, casi en el silencio. No era de mucho hablar. La sastrería, la iglesia y sacristía, como el jardín, fueron sus recintos sagrados de abnegada labor, callada y sin los elogios.
Los modelos fueron con seguridad la Sagrada Familia, laboriosa en Nazareth. No tuvo altercados con nadie, conforme siempre, con una rectitud inalterable. (Foto del Hno. Gonzalo Santa Coloma, Provincial.)
Mostraba así estar contento, sin risas y con sólo alguna sonrisa.” Y se despide.
Por pasaporte alemán gestionado en Montevideo (18.04.1989), consta su estatura, 1,75 mts., y su firma, aquí. Fue con motivo de su última visita de familia. Una anterior: diciembre 1975 – enero 1976.
Guillermo no perdió su suave sentido del humor, mientras lo acompañó la posibilidad de darse cuenta y manifestarse. Por momentos no distinguía si, aún, se encontraba en Uruguay. Un recuerdo menor da cuenta de su afinidad con el gracejo, por criollo que fuese. En efecto, al ayudarlo la Sra. Ana, enfermera en su turno por el horario de después de cena, era el caso que, siendo ella pequeña y él corpulento, no le resultaba fácil darlo vuelta en la cama, ni los cambios de posición. Lo trataba con afectuosa diligencia, no exenta de comentarios festivos, muy a la criolla. Me viene a la mente uno, contado por ella misma, y que producía suave risa al paciente. En medio del esfuerzo por reacomodarlo, ella se expresaba así:
“¡Qu’está gordo el chancho!”, lo que le causaba hilaridad. “Un alemán divino,” cerraba diciendo la Sra. Ana. Esta señora rezaba parte del Rosario en voz alta, y el Hermano contestaba devotamente. Por su parte, la Sra. Alicia nos ha referido estos dos rasgos. En cierta ocasión le dijo: “Hermano Guillermo, Usted tiene los ojos color del cielo.” Y su respuesta: “Nunca me fijé.”
En los meses en que almorzaba con la comunidad, se dio que debió llevarle una vez el almuerzo a la pieza. Vio el paciente la bandeja, captó el cristal color del vaso, y exclamó: “Pero, ¡eso es agua!”. Sí, en comunidad degustaba pequeño vaso de tinto. Entre las damas que lo servían, el testimonio reconocido de su suave bondad y selectísima manera de ser y tratar, era unánime. No se piense en finuras de salón. De “cheto”, ni hablar. Cordialidad llana, impregnada de sencilla educación y trato digno pleno de amistad. Como si se acentuara la bondad que resaltó toda su vida.
Últimos estadios de su enfermedad y su encuentro con el Padre. Por el 20 de enero de este año, fue llevado a la Clínica Güemes, insertándosele un marcapasos. Un tiempito después debió ser atendido en el mismo establecimiento por dificultades en el funcionamiento del nombrado aparato. Vuelto a casa, su situación era por demás comprometida. No se cree que haya tenido conciencia. Llegado el día 5 de marzo, de urgencia se lo internó en la clínica… fue como trasladarlo al embarcadero para el tramo final. Dejó este mundo y pasó a las manos bondadosas del Padre, de las que fue un atrayente reflejo, a las 3:45 de la madrugada del lunes 6 de marzo, año 2000.
Texto del recordatorio, mencionado en página 29: “Señor, escucha a tus servidores, quienes con humildad te ruegan, Tú que nos has dado la libertad por medio de tu sangre y soportaste la muerte por nosotros. Acéptanos después de recorrer este camino, en el cielo contigo.
Te Deum
Para recordar en una oración al Hno. Benno, Guillermo Wächter. Nacido el 14 de abril de 1912. En Alitzheim, Alemania.
Ingresó en la Orden Marista – Seminarista en Furth del Bosque el 19.08.1930.
En 1937 fue enviado a Uruguay.
El 13.01.1937 profesó los votos Perpetuos.
Llamado por su Señor el 06.03.2000, en Luján Argentina.
Agradecemos a todas las personas que lo acompañaron en su vida con bondad, amor y unión.
El H. Guillermo F. Casto ha encomendado a la Sra. Ingrid Naredo – madre de dos alumnos del Colegio N. S. de Luján-, quien, siendo de origen alemán domina el idioma – solicitar a sus familiares datos complementarios, especialmente en lo referente a sus orígenes familiares. No tenemos conocimiento de familiar alguno de Guillermo. Sin embargo, nuestro Hermano enviaba y recibía correspondencia de sobrinos/as suyos a través de la Sra. Ingrid, a quien agradecemos cordialmente sus colaboraciones.
La Señora INGRID HÖDL DE NAREDO ha continuado con su voluntad de favorecer el trabajo biográfico sobre nuestro querido Guillermo. A continuación transcribimos una carta que ha recibido de Alemania enviada a su pedido por una persona familiar del Hermano, ANNEMARIE HEGLER. La versión castellana que presentamos, es obra de su traducción. ¡Gracias Señora Ingrid! La ilustración es del mismo sobre que protegió y trajo el original.
HERMANO BENNO GUILLERMO WÄCHTER
Hno. Benno Wächter de Alitzheim, falleció el 6 – 3 – 2000 a la edad de casi 88 años, en el hogar de ancianos de su Orden, los Hermanos Maristas, en la República Argentina, en la República Argentina. Nacido el 14 – 4 – 1912 como octavo de nueve hijos de los campesinos Michael (Miguel) y Margarete Wächter, en Alitzheim.
Al terminar sus estudios primarios ingresó como cadete en el oficio de sastre, con el Maestro Muck, en Gerolzhofen. En su peregrinar como practicante de ese oficio, ingresó decididamente en la Orden Misionera Marista, en Furth bei Landshut.
El tiempo de su postulantado desde el 19 – 8 – 1930, sus primeros votos el 5 – 4 – 31 y sus segundos votos el 10 – 32, permaneció en la casa madre, en Furth bei Landshut. Luego de algunos años de práctica, el día 6 – 2 – 37 fue enviado por la Orden Marista a Uruguay para cumplir su misión. El 13 – 1 – 38 celebró en Luján, Argentina – una ciudad de muchas peregrinaciones, sus votos perpetuos.
Durante su larga vida en la Orden Marista, pasó la mayor parte de su tiempo en Montevideo. Allí practicaba su oficio, sastrería, con gran pasión y ayudaba con gran placer en las tareas de la huerta y jardinería. Con mucho entusiasmo y habilidad se ocupaba de los adornos florales de su Capilla.
En el año 1953 se le permitieron sus primeras vacaciones a su ciudad natal. Desde entonces regresaba casi regularmente cada cinco años. En esas oportunidades practicaba muy buenos contactos con su gran familia, muy dispersa.
Agradecido estaba siempre de su gran grupo de amistades de su entorno y todos los que lo apoyaban en el cumplimiento de su Misión.
El domingo de Pascua, 23 de abril, a las 9:45 hs., fue celebrada una Santa Misa, para el querido Hermano Benno, de la Orden Marista, en la iglesia San Martín, de Alitzheim.”